MUJICA: “En ANCAP hubo enormes inversiones, inéditas en últimas décadas”

“El déficit de una empresa es malo cuando responde a un gasto irracional, pero cuando es inversión uno sabe que será redituable y que se recuperará con creces”, remarcó el Presidente José Mujica en el marco de la inauguración de las obras de remodelación de la fábrica de cemento de Ancap en Minas. La visita también incluyó una recorrida por una fábrica de alfajores y por el Batallón de Infantería N.º 11, donde estuvo detenido. En rueda de prensa tras recorrer la planta de cemento portland, Mujica dijo que las inversiones realizadas por Ancap (Administración Nacional de Combustibles, alcohol y Portland) en los últimos años son «enormes» y “su recuperación no es matemática”.

 
Agregó que “es natural que se produzca una situación de déficit por eso y por las diferencias de (tipo de) cambio en el dólar”.
“Hacía muchos años que Ancap no estaba acostumbrada a tales inversiones, sin contar la planta desulfurizadora en (la refinería de) La Teja, que superó los 300 millones de dólares”, sostuvo el mandatario uruguayo.

“Si nosotros seguíamos sin invertir en ella, iba a haber un momento que íbamos a tener que cerrar la refinería, porque los motores en la actualidad ya no toleran cierto tipo de combustible e iba a quedar obsoleta”, explicó.
Posteriormente, el jefe de Estado visitó la planta elaboradora de alfajores “De la Sierra de Minas”. Una pujante empresa familiar fundada en 1953 en la que trabajan 34 empleados, la mayoría mujeres, y amplió su producción al mercado nacional.

«Vine por razones personales», sostuvo Mujica a la salida de su siguiente parada en el Batallón de Infantería N.º 11 de Minas. 
«Pasé mucho tiempo en los calabozos de este cuartel», recordó el mandatario. «Larguísimas temporadas», añadió.
«Se me caían las lágrimas. Quería ver donde había estado y está todo igual. Ha pasado mucho tiempo. Son las vueltas que da la vida», confió. 
Antes de abordar el automóvil en el que se desplazó por la capital de Lavalleja, el mandatario esbozó una tibia sonrisa y un «gracias a la vida».

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