30ª FIESTA DE LA PATRIA GAUCHA: “Aquí en Tacuarembó”

2, 3, 4, 5 y 6 de marzo convocan los gauchos – “En la Fiesta de la Patria Gaucha, es posible constatar el cuestionamiento al orden de la ‘ciudad letrada’ y a su supuesta irreversibilidad, cuestionamiento que parte desde una región en particular –el centro norte, recostado hacia la frontera con Brasil-, y desde un movimiento sociocultural integrado por pobladores rurales que reivindican como herederos y se denominan a sí mismo como ‘gauchos’.

La Fiesta de la Patria Gaucha es un signo de la resurrección del ‘territorio’, que ha emergido a la superficie –seguramente cuando ya nada hacía pensar que ello aconteciera-, sustentando en dos recursos socioculturales diferentes: uno proveniente de la cultura rural de los ‘pueblos perdidos’ del Uruguay profundo; otro de una capital departamental de una región socioeconómica deprimida que recurre a su tradición cultural para aspirar a ser algo más de lo que el destino la ha deparado hasta ahora. En ellos radica la fuerza de este magma interior”, en este texto de Álvaro De Giorgi, perteneciente a su libro “El magma interior”, se define el significado de la principal fiesta tradicional de la región.

“30ª Fiesta de la Patria Gaucha” – Como todos los marzos de cada año en el área de la Lagunas de las Lavanderas se convoca a lo mejor de la tradición de la región por cinco días. Un sinnúmero de stands comerciales y una amplia oferta gastronómica recibe a miles de visitantes que llegan al lugar. Extranjeros de distintas partes del mundo se confunden con uruguayos que llegan de todo el país. En cada una de las cinco noches, desde el escenario denominado “Osiris Rodríguez Castillo”, nombre que hace homenaje al gran poeta del Yi, desfilarán grupos de danzas folclóricas, Carlos Benavides, Gustavo Valiente, Gerardo Pedrozo, Lucas Sugo, El gaúcho da Fronteira, Larbanois Carrero, Carlos Alberto Rodríguez, Leandro Lovato, Juan José de Mello, Sinfónica de Tambores, varios payadores, entre otros. El escenario es conducido por Juan Carlos López, Walter Bique Bica, Jorge Saavedra y Fabián Guillama.

La Comisión Organizadora, presidida desde siempre por Hugo Pereda González, previó para esta “30ª Fiesta de la Patria Gaucha”, distintas actividades en el ruedo como: Santa Josefina, montas, carreras de potros, tiro de lazo, peleteadas y jineteadas en pelo, basto, basto abierto. Esta trigésima edición homenajea a don José Leonardo Franco. El sábado alrededor de 3.000 caballos desfilan por la calles de la ciudad y el domingo se realiza la Misa Criolla.

Sociedades tradicionalistas y sus fogones – Un elemento fundamental, que establece la diferencia con fiestas similares de la región es la presencia de distintas sociedades tradicionalistas o aparcerías, que compiten con sus fogones, tropillas y paisanos en las actividades gauchas previstas. Del fogón comenta De Giorgi que, “dentro de dicho torneo, se destaca la célebre contienda de los denominados fogones, verdaderas obras de arte logradas por los integrantes de las Sociedades cuyo realismo, presencia y participación no se había concretado en este tema. Para nuestra identidad significa la exhibición de su vida interior, ranchos, cascos, iglesias, estancias, ya sea de piedra, barro o enramadas, con empalizadas de palo a pique, utensillos de uso artesanal, prendas y entornos musicales del pasado siglo”.

Compitiendo por el “Gran Premio Patria Gaucha” están las sociedades participantes: Cinco Sauces Amigos Unidos, Los Tizones de Ansina, A Poncho y Espuela, Batoví – Bonilla, El Fogón de Curtina, ATRI, Paisanos Unidos de Achar, Los Charrúas, Patria y Tradición, Juan E. Gastelú, El Refugio de los Gauchos y Lazo, Rienda y Boleadoras. Mientras que como sociedades invitadas que compiten para ascender a participantes se presentan: Los Manguerones, La Pampa, El Malacara, Los Andariegos, Caraguatá, A 4 Espuelas, Vecinos Unidos de La Aldea, Tambores y Los Treinta y Tres y Puntas de Tres Cruces. Los animadores del ruedo son Carlos Figueroa, Cacho Márquez, Félix Mendiondo y Uberfil Concepción, y el capataz de campo es Héctor Martínez Miralles.

“¿Qué significado posee transportarse 50, 100, casi 200 kilómetros para construir un rancho, o sea una casa, por una semana, para luego destruirla?, ‘para nuestra identidad significa la exhibición de su vida interior… ranchos cascos, iglesias (…) la vida rural uruguaya era mucho más que un rancho, comer asado, tomar mate y andar a caballo’, en palabras de uno de los constructores de rancho”.

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