OBITUARIOS

Se fue Juan Carlos “La Macha” Vidal un patrón del área grande- Nosotros lo conocimos a partir de mayo de 1955 en el recién inaugurado Estadio Municipal 18 de Julio, obra del Arquitecto Walter Domingo con el Intendente Agrimensor Raúl Saturnino Goyenola. Había llegado de la capital procedente de Canillitas para enrolarse en el Club Nacional de Fútbol y formar junto a Enrique López una zaga de campanillas. En 1957 obtuvo con los albos el Campeonato Departamental. Simultáneamente se puso la rojiblanca de la Selección y estuvo “al firme” en aquellas recordadas batallas con Rivera en la cancha fronteriza. En 1960 La Macha militaba en Estudiantes y nosotros con 17 años dábamos nuestros primeros pasos en el Ferro y Vidal era el dueño de la zona izquierda de las “18 yardas” como decía Solé. Vidal fue de los forasteros que llegaron atraídos por el profesionalismo que se iniciaba aquí en el norte y se afincó para siempre.

Lo vimos con su taxi en la parada de Artigas esquina 18 de Julio. También por los 70 La Macha volcó su pasión por el fútbol en la dirección técnica y en 1974 dirigiendo a Ferrocarril logra el ascenso.

A fines de la década del 80 cuando estuvimos de nuevo en Tacuarembó fuimos compañeros de trabajo con La Macha en la panadería El Nuevo Emporio de Tabaré González; él era el capitán de campo en la cuadra de la panadería y el que temprano estaba arrancando cada día la tarea.

Siempre, aunque pasara el tiempo, estaba desde la raya dirigiendo en la Liga Senior, y dirigiendo con cuerpo y alma como hizo todas sus cosas en la vida y poniéndole al final ese toque de humor que aún perdura. Como recuerda Erich Müller: “Al pasar sudoroso por él con su voz ronca, grave, y su andar lento y rengueando, tocándome con el bastón casi me gritó `¡Bien, eh, bien! ¡Que jugador! ¡Bien!´ Medio caliente le contesté `¡Que bien, nada! ¡Ni la toqué!´. Y La Macha me contesta `No, pero estorbaste lindo eh?`

O como en aquel partido de Ferrocarril Senior con Independiente que se ganó 4 a 3 en la hora con 2 goles de Pablo Santamarina cuando La Macha desde afuera enloquecía gritando y revoleando su bastón de mando y que Erich termina así: “el Jota ponía en la bolsa las camisetas y en medio de la emoción La Macha arengaba: `Así se juega carajo, poniendo huevos. ¡Así se juega al fútbol, cagones!´ y agregó `Nos vemos el sábado que viene´. Se dio vuelta, lo miró a Pablo y le preguntó en un tono mas bajo “¿Che Pablo, como terminó el partido? ¿Empatamos no?”

Llegó y se quedó en Tacuarembó y aquí formó su familia, formará parte para siempre de nuestros recuerdos con su hombría de bien y la sencillez casi arisca de su decir a veces imperativo siempre recio y también siempre con un dejo de cariñoso afecto. Se quedará con nosotros en sus dichos que forman parte de nuestro acervo futbolero y de la vida como: “Un poco detiorado” o “Gurise, tres vueltas a la cancha y 40 abominables” o “Andá Juancito, andá a rayar pan rayado”.

Te vamos a extrañar ¡QUERIDO MACHA!!

Luis Ángel Inthamoussu

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Ángel Robles “voló” una vez más, pero esta vez a la eternidad…

A fines de los 50 principios de los 60 llegó desde su Durazno natal y se enroló en Peñarol.

En la selección de Tacuarembó de la temporada de 1960 fue el portero titular cuando se obtuvo el Campeonato del Norte en forma invicta y en el otoño de 1961 el primer campeonato de selecciones del interior superando a Flores por el sur, Lavalleja por el este y Rio Negro por el litoral. En el 2011 el flaco Robles estuvo presente en los 100 años de la Asociación de Fútbol de Tacuarembó.

Ahora nos llega la noticia de su partida pero no llegará el olvido, porque cada vez que el fútbol de Tacuarembó recuerde su primer gran logro, el de 1960/61, el primer nombre que se pronuncie será Ángel Robles…

Luis Ángel Inthamoussu

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