El Prado de Madrid saca a la luz una «joya» de la pintura primitiva francesa

Tras un minucioso trabajo de investigación, el museo del Prado de Madrid desveló este lunes una tabla del siglo XV presentada como una «joya» de la pintura primitiva francesa, descubierta en casa de una familia española de origen francés. «El gran valor de esta obra es que realmente es única», explicó María Antonia López de Asiaín, restauradora del prestigioso museo español que, armada con un bisturí y un microscopio, trabajó durante un año para sacar a la luz los secretos de esta excepcional pintura sobre tabla. Con esta obra, el museo del Prado afirma haber realizado «uno de los hallazgos más importantes de la pintura primitiva francesa».

La profundidad del cielo, enriquecido por una generosa cantidad de lapislázuli, desvía todas las miradas hacia «Oración en el huerto» (1405-1407/1408) pese a su pequeño tamaño, 56,5×42 centímetros, y la imponente presencia de las tablas de Goya y Rubens que lo rodeaban en la sala de restauración del Prado. Pero es el hombre arrodillado a la izquierda del cuadro quien otorga todo el valor histórico de la obra: Luis de Orleans (1372-1407), hijo del rey de Francia Carlos V, asesinado por orden de su primo Juan sin Miedo en plena lucha por el poder en Francia.

«Es el primero y único retrato de Luis de Orleans en tabla», explica López de Asiaín. La «calidad» de la tabla junto a «la escasez de obras conservadas de esta escuela», ya que muchas fueron destruidas durante la Revolución Francesa, «convierten esta pieza en una pequeña joya con gran relevancia histórica» y «aun más valiosa para la historia de Francia», señaló el museo. «No es frecuente que una obra tan primitiva esté en un estado de conservación tan magnífico», añadió la restauradora.

El secreto de esta calidad: la capa de pintura marrón que durante mucho tiempo escondió las figuras de llamativos colores de Luis de Orleans y santa Inés, de pie a su lado, y solo dejaba al descubierto a tres apóstoles y a Cristo rezando a Dios.

La obra llegó al Prado en febrero de 2011 de manos de una familia española de origen francés, explica el museo. Pilar Silva, jefe del departamento de Pintura Española (1100-1500) y de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (1400-1600), inició entonces un «estudio» para determinar la procedencia.

Con la ayuda de radiografías, infrarrojos y rayos ultravioletas, los expertos descubrieron bajo la gruesa capa de pintura un hombre ricamente vestido, rezando de rodillas. Su posición lo identificaba claramente como el donante de la tabla.

«Era una intuición pero desde el primer momento vi que era (una pintura) francesa», afirmó Pilar Silva.

Faltaba demostrarlo y descubrir la identidad del misterioso donante. Su elegante indumentaria, a la moda de 1400, entregó la clave definitiva: las mangas están decoradas con pequeñas hojas de ortiga, algunas de ellas recubiertas de oro.

Después de algunas investigaciones, la historiadora identificó este símbolo como una de las divisas, junto al lobo, de Luis de Orleans.

«Aquello que ella intuía se ha ido certificando cuando hemos ido sacando la pintura a la luz», subrayó María Antonia López.

Los expertos atribuyen la obra al pintor y ayuda de cámara de Luis de Orleans, Colart de Laon, pero no pueden certificarlo a falta de otras obras para comparar.

El museo se negó a revelar el dinero pagado a la familia española. Pero para los expertos, el valor de la tabla es indiscutible. Sus antiguos propietarios, según Pilar Silva, «no sabían que tenían un tesoro».

De adinet.com

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