LIBRERÍA MADRID: Recomienda el “REFRANERO URUGUAYO” de Washington Escobar

Dichos, máximas y sentencias del habla popular colectadas oralmente en Tacuarembó. Como valiosa y honda contribución a la investigación idiomática que se está llevando a cabo en el territorio nacional y que hemos propiciado e impulsado desde la cátedra de Ciencias del Lenguaje de nuestra Facultad de Humanidades, con el propósito de compilar las voces, giros y dichos del habla popular uruguaya, el ilustrado y laborioso director del Museo del Indio de Tacuarembó, Washington Escobar, ha entregado, como rico tesoro del departamento donde vive y actúa con singular prestancia y vocación científica, el «REFRANERO URUGUAYO» que ha llamado también, con agudo acierto, la «BIBLIA GAUCHA» -colección recogida por el propio autor-, de dichos, sentencias, refranes y giros del habla paisana usados en la vasta extensión del departamento que constituye el mayor de la República.

Este conjunto precioso de expresiones populares del campesino oriental significa un aporte magnífico para reunir esos dichos, comparaciones y sentencias en que afloran, como cristalina fuente, las manifestaciones rotundas y precisas del Folklore uruguayo. Será necesario, y a esa empresa ha de dedicarse el esfuerzo del equipo de investigadores que trabaja con encomiable tesón en esta compilación lingüística, reunir con la misma vocación y acerada voluntad, el material idiomático existente en los demás departamentos de nuestro país para registrar los dichos que no se hallan anotados en el Refranero de Escobar y colectar así todas las manifestaciones, jugosas y picarescas de nuestros paisanos, de modo que ellas constituyan la verdadera Biblia gaucha de que habla el autor.

Las vívidas expresiones de nuestros habitantes de la zona rural no son sino clara secuela de la herencia hispana, en cuya jerga popular brotaban, con incontenible fuerza, los dichos y refranes que vestían al lenguaje del vulgo con el ropaje riquísimo de la gracia, el colorido y la ironía de un habla contundente y gráfica que era escape y eclosión de la honda emotividad del paisano, incapaz de expresar por un lenguaje acicalado y culto el poderoso impulso de sus sentimientos, la fuga de sus fuertes emociones, la exteriorización, en una palabra, del alma popular.

Por eso Sancho Panza endilga sus refranes y asombra a su amo con la exactitud y certera aplicación de estas picarescas sentencias, de estos dichos sazonados con el jugo picante de la ironía popular. Don Quijote razona y expone con altura de juicio y castiza expresión, mientras su escudero, no pudiendo dar rienda suelta a sus emociones y sentimientos en un lenguaje elevado y florido, lo hace, con fuerza incontrastable, mediante el uso y abuso de los dichos y refranes que el saber del pueblo, el conocimiento adquirido por la experiencia, han depositado, como sedimento inestimable, en el humus riquísimo del habla popular.

Tanto más necesario y útil es colectar esta serie de gráficas expresiones, si tenemos presente que la Ciencia del Lenguaje actual ha establecido, en forma irrecusable, la preeminencia del factor axiológico en la vida del idioma. Es la emoción que el hablante pone en su discurso lo que da vigor, significado y validez a toda expresión del habla. Sin esta aureola de emotividad que vivifica el pensamiento, le da calor y fuerza, el lenguaje humano sería una momia inexpresiva y fría, un concepto inerte, un adoquín inconmovible.

La emoción es el alma del lenguaje, es lo que da significación y sentido a nuestras palabras y nuestras frases. Los diccionarios o lexicones sólo nos dan la acepción o acepciones más recibidas de las voces y los giros del idioma, mas es preciso que la emotividad del parlante le insufle el aura soberana que da valor y alcance a la expresión del habla. Sólo así podemos apreciar en todo su significado la palabra o el giro del que habla.

Esa fuerza emocional que es fundamento del lenguaje adquiere relieves propios y vigor inusitado en el habla, parca en palabras, pero rica en sentimiento, que salen de la boca del paisano al no poder explayarse en el lenguaje culto de las personas ilustradas. Recurre a esa breve pero gráfica expresión de sus más hondas emociones: al dicho irónico, al símil picaresco, al colorido refrán, mensajeros diligentes del corazón gaucho, fontana inagotable y purísima donde abreva el alma misma del pueblo campesino.

Esta expresión profunda, íntima, emocional del paisanaje, acompaña el habla de nuestros cancioneros o payadores que a los sones quejumbrosos de la vihuela, hacen surgir, con entrañable sentimiento, los decires del alma gaucha en dichos y frases pletóricas de ironía, de intencionadas comparaciones y desbordante picardía. La música a la vez melancólica y enfática, pone a punto esta aura emocional que rodea la expresión oral y le comunica la más alta vibración sentimental. Habla del pueblo, espontánea y gráfica, cálida emoción, vibrante y sonora, estallido purísimo del corazón nativo, tus dichos y tus canciones serán recogidos por la voluntad nacional y constituirán el inefable tesoro en que se encierran, cual arca familiar de aromático cedro, los anhelos, las tradiciones, las esperanzas todas del alma popular!

Washington Escobar, investigador ahincado, esforzado caballero de la andante caballería criolla, ha reunido en ese MUSEO DEL INDIO que él formó, acondicionó, pulió y exhibió con fervoroso entusiasmo y armoniosa inspiración, las más interesantes muestras de la tradición uruguaya que él cuida y acicala con el inmenso cariño que lleva adentrado en su patriota corazón.

 
Por otra parte, es oportuno poner de relieve la variedad de los dichos y sentencias colectados por Escobar, que es también la característica de esta habla pintoresca y riquísima. Podemos hacer, dentro del conjunto de expresiones, tres grupos bien señalados:
1º – Las frases, dichos, sentencias y refranes que modifican, acriollándolos, los mismos dichos españoles. 2º – Las expresiones que, con igual significado, se traducen en distinta forma, constituyendo empardados ideales bajo distintos continentes expresivos. 3º – Las sentencias, dichos y refranes creados por el paisano uruguayo, expresión pura y simple del alma nativa.

Es digno de anotarse en estas breves glosas, la notoria abundancia de los símiles o comparaciones en la compilación realizada. Es en ella que el habla campesina, supliendo a la castiza expresión del español culto, se expande, se regodea, se deleita, usando las armas punzantes de la ironía, la sátira picaresca y la burla peyorativa. Es la floración fecunda de su ser íntimo, de sus amores y sus odios, de sus penas y dolores. Herencia de la raza, esta habla sugestiva y bella, cargada de emoción, nos atrae y arrebata como símbolo purísimo del alma misma de nuestros gauchos.

Vayan pues, a nuestro dilecto amigo y colaborador ahincado de la Escuesta idiomática, los más fervientes plácemes por la obra patriótica y científica que hoy se entrega al conocimiento público, fruto óptimo de sus afanes y desvelos.

De Sylvia Puentes de Oyenard

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*