URUGUAY RATIFICA EL TRATADO DE MARRAKECH

Las personas con discapacidad visual solo pueden acceder al 1 % de los libros publicados en el mundo. La aprobación del Tratado de Marrakech, que en Uruguay se encuentra en instancias parlamentarias, garantizará el acceso de estas personas a derechos como la educación, la información y su inclusión en la esfera social. El ministro de Educación y Cultura (MEC), Ricardo Ehrlich, explicó que la calidad de la sociedad se mide por la posibilidad que tiene cada persona de acceder a sus derechos y que a través de este convenio se está dando un paso fundamental en esta materia.

Dijo asimismo que “el tratado no solo beneficiará a una minoría que presenta estas discapacidades, sino que favorecerá a la sociedad en su conjunto. También destacó la necesidad de seguir avanzando en este tema para generar más regulaciones y nuevas normas que favorezcan a estas personas.

En este sentido el secretario de Tecnología y Acceso a la Información de la Unión Latinoamericana de Ciegos, Pablo Lecuona, afirmó que a través de la ratificación de este tratado se facilitará el acceso a los estudiantes con dificultades, a los libros de texto, sin perjudicar la economía del autor, además de optimizar los recursos para generar redes e intercambio internacional de obras accesibles.

Destacó que, actualmente, Uruguay tiene la biblioteca más amplia de obras en formato audio de América Latina, que no puede ser compartida con otros países dado que existen trabas de derechos de autor.

El tratado fue firmado en junio del año pasado, por 50 países, en la Conferencia Diplomática realizada por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), en Marrakech, Marruecos.

El objetivo de este convenio es facilitar el acercamiento de las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades a la reproducción en otros formatos, como el digital, archivo de audio o publicación en Braille de la producción mundial de impresos, a través de excepciones en el pago de los derechos de autor. En la actualidad los 300 millones de personas con discapacidad visual solo acceden al 1 % de los libros publicados.

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