LOS NIÑOS DETRÁS DE LAS REJAS: Hijos e hijas de mujeres privadas de libertad

Autoridades Integrantes de Rueda Rotaria Capitalina se Interesan por hijos de mujeres privadas de libertad. María del Carmen Liesegang, presidente del Rotary Carrasco y Margarita Hermida, secretaria de la institución, recorren el país, visitando las cárceles de mujeres, con el fin de conocer específicamente la situación de los hijos e hijas de mujeres privadas de libertad. En cada departamento también dialogan con las autoridades carcelarias.

TACUAREMBÓ 2030 dialogó con las integrantes de éste Club de Servicios quienes explicaron sobre el trabajo de monitoreo en función de la situación de niños que están privados de libertad junto a sus madres pero también “de aquellos que quedaron del otro lado de la reja y que el Estado no controla en qué condición están, con quiénes están, qué es lo que están haciendo. En ambas situaciones están en vulnerabilidad extrema”. Liesegang y Hermida explican que el deseo es sensibilizar a la sociedad y a las instituciones con el fin de visibilizar un hecho, un fenómeno que normalmente no se ve.

“Muchas veces hablamos y tenemos varias miradas sobre el adolescente que se encuentra en conflicto con la ley pero no hablamos de esos inocentes que están con sus madres o lejos de ellas sin un seguimiento adecuado, sin saber qué está pasando con ellos, a veces están institucionalizados pero siempre sufrientes y de una manera u otra con sus derechos vulnerados; a veces el más básico como es el juego”.
En Montevideo se trabaja en una forma activa con cárcel Molino donde hay 28 niños junto a sus madres, en la Unidad Nº 5 hay siete niños más dos gemelos que están en la cárcel, más cuatro embarazadas y “son situaciones bastante tristes”.

Sostienen las entrevistadas que “se deben de tener en cuenta las reglas de Bangkok que son internacionales donde se apela a que la cárcel por delitos menores de la mujer debería ser el último recurso; no por ella, sino porque el o los hijos son víctimas indirectas de esa situación que madre o también padre han generado y que lamentablemente comparten y que en el futuro repiten un patrón de conducta convirtiéndose en un adolescente conflictivo o un joven con problemas con la ley”.

Sensibilización – “El Rotary quiere apoyar a la normativa internacional de sensibilizar, investigar y planificar esta situación porque hay que saber realmente qué es lo que ha llevado a las mujeres en el Uruguay a tener esta confrontación con la Justicia Penal, qué consecuencias trae esta situación con los niños como víctimas secundarias del delito y realmente si nosotros estamos aplicando como país la oportunidad de una verdadera reinserción social de estas reclusas.

Creo que entre todos podemos hacer un cambio para beneficio de toda la comunidad. Cabe recordar que estas mujeres están privadas de libertad, pero son parte de la sociedad de nuestro país y por tanto es responsabilidad de todos. Estas normativas internacionales están dirigidas también al poder político, a las entidades sociales, a la sociedad civil, defensores, y autoridades del sistema penitenciario”.
Han mantenido entrevistas con la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Nacional, con la Dra. Mirtha Guianze, con legisladores planteando esta preocupación y demostrando como se están ocupando de dicha problemática.

“La idea es buscar la forma de aportar nuestro granito de arena ya que todos hablamos de violencia, pero esta no nace por generación espontánea, es multicausal y nosotros resolvimos tomar una partecita que es el niño inocente, por ser un olvidado del Estado, de las instituciones y de la comunidad. Cuando tenemos que hablar de un adolescente conflictivo o violento, antes hubo un niño que fue olvidado y queremos rescatarlo”.

Ambas damas rotarias visitaron las cárceles de Tacuarembó, mantuvieron reunión son las autoridades acompañadas por sus pares rotarios departamentales. Al momento de su visita recientemente se había inaugurado la cárcel de mujeres, ubicada en la Villa Policial, que todavía no está habilitada. En el centro de reclusión femenino de Tacuarembó, que todavía comparte el mismo edificio que la cárcel de hombres, conviven dos niños pequeños junto a sus mamás privadas de libertad.

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