BULIMIA Y ANOREXIA NERVIOSA / Por María Elisa Blanco (*)

La bulimia es un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una gran cantidad de alimento (atracones), habitualmente en forma secreta, durante los cuales siente una pérdida de control sobre la comida, utilizando luego diversos métodos para evitar el aumento de peso. Estos pacientes presentan un gran anhelo de adelgazar en exceso pero como no pueden controlar las compulsiones recurren a conductas compensatorias, las cuales pueden ser de dos tipos:

· Tipo 1 o purgativa: uso de diuréticos, laxantes y vómitos provocados.

· Tipo 2 o no purgativa: ejercicios físicos agotadores, largos períodos de ayuno y dietas estrictas.

Presentan alteraciones digestivas, cardiovasculares, renales, dentales sumados a ansiedad, depresión, sentimiento de culpabilidad y una obsesión por el cuerpo y la comida presentando una alteración de la imagen corporal.

La anorexia es un trastorno alimentario que causa que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura. Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso. Generalmente no se pierde el apetito, pero se niega la sensación de hambre. La controlan voluntariamente ingiriendo menor cantidad de alimentos que los necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales, con lo cual pierden peso progresivamente.

Puede presentarse bajo dos formas:

· Restrictiva: para lograr la delgadez extrema se limita la alimentación hasta un mínimo por debajo de lo indispensable para subsistir. La persona tiene un control total de la situación.

· Bulimarexia: son las personas anoréxicas que en determinados momentos de su enfermedad presentan síntomas bulímicos.

Presentan osteoporosis, bradicardia, hipotensión, pelo blando (lanugo) y también amenorrea (ausencia del ciclo menstrual) en el caso de las mujeres. Al igual que en la bulimia presentan un alteración de la imagen corporal con una obsesión por el cuerpo y la comida. Son personas que se caracterizan por insomnio, depresión, aislamiento, hiperactividad y desconcentración.

En ambos casos se presenta un cuadro de alteraciones psiquiátricas. Son pacientes que piensan constantemente en la comida pero los bulímicos tienen un temor intenso a no poder para de comer en cambio los anoréxicos presentan más autocontrol. Una diferencia importante es que los pacientes bulímicos presentan una forma normal de comer cuando no hay compulsión y su peso es normal por lo general.

Su aparición es más frecuente en clases socioeconómicas media y alta, en países occidentales con mayor predominio en el sexo femenino siendo la edad de aparición de los trastornos a fines de la adolescencia y principios de la juventud.

En cuanto al tratamiento de estas afecciones se requiere de un equipo multidisciplinario que incluya médicos, nutricionistas y psicólogos, entre otros. Dependiendo de la gravedad de la bulimia y de la respuesta de la persona al tratamiento se pueden utilizar grupos de apoyo, terapia nutricional y conversacional y de ser necesario se evaluará la administración de determinados medicamentos. Se deben plantear objetivos tales como estabilizar el patrón alimentario, modificar pensamientos y sentimientos, tratar los síntomas psiquiátricos y prevenir recaídas.

El mayor desafío en el tratamiento de la anorexia es ayudar a la persona a reconocer que tiene una enfermedad. Los objetivos del tratamiento son restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimentarios, estabilizando el estado clínico y tratar los síntomas psiquiátricos.

(*) Licenciada en Nutrición

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ENCUESTA SOBRE HÁBITOS ALIMENTICIOS – 100 tacuaremboenses respondieron a una encuesta sobre hábitos alimenticios realizada por estudiantes de la tecnicatura en Operador de Alimentos dictada por la UDELAR. El 50% consume diariamente carnes rojas, únicamente el 6% consume seis frutas o verduras todos los días, el 60% desayuna lácteos y el 41% no realiza actividad física alguna. La encuesta arrojó además la presencia de un 20% de hipertensos y un 24% de personas con sobrepesos. La consulta se llevó a cabo a 60 mujeres y 40 hombres entre 15 y 64 años.

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