Un estudio realizado por la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular y UCM a escolares de entre 10 y 13 años revela que el 15 % tiene cifras alteradas de presión arterial y el 40 % padece sobrepeso u obesidad. La subsecretaria Lustemberg dijo que se trabaja en el rotulado de alimentos para diferenciar los recomendados en los controles de las cantinas de centros educativos y en la promoción de la actividad física.
La subsecretaria de Salud Pública, Cristina Lustemberg, presidió en el Teatro Solís la presentación del “Estudio de la hipertensión arterial y su vínculo con el sobrepeso y la obesidad en niños de 10 a 13 años en las escuelas públicas de Montevideo”, organizado por la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular y la emergencia móvil UCM, que recibió el Gran Premio Nacional de Medicina. Este estudio busca operar como “línea de base” para establecer futuras políticas públicas en el país.
Este informe, cuya muestra abarca a 1.297 niños de escuelas públicas de Montevideo, revela que casi un 8 % de ellos era hipertenso y otro 7 % tenía cifras alteradas de presión arterial. De esta forma, es factible concluir que un 15 % de los niños consultados tenía cifras alteradas de presión. En tanto, un 40 % de los niños de las escuelas tiene sobrepeso y obesidad. Sumadas ambas cosas, los niños con sobrepeso y obesidad que presentan hipertensión arterial suman un 12 %.
“Las cifras me duelen mucho. La carga de enfermedades crónicas no transmisibles en el país es un problema grave”, dijo la subsecretaria Lustemberg, quien recordó que estas son la primera causa de muerte entre los ciudadanos de entre 30 y 69 años y que tienen una incidencia del 60 % en el desarrollo de otras patologías.
“Son temas vistos como problemas prioritarios de salud pública”, indicó la jerarca, quien apeló a la responsabilidad de los médicos al momento de atender los indicadores que surgen de los controles periódicos de los niños.
“Cuando uno ve estas cifras, son alarmantes. La prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles comienza mucho antes que cuando ponemos la batería de acciones a trabajar”, dijo. En este contexto, Uruguay será anfitrión este año de un evento coorganizado por la Presidencia de la República y la Organización Mundial de la Salud, del que participarán expertos en enfermedades crónicas no transmisibles y que contará con más de 300 asistentes.
Entre las acciones que el gobierno prevé concretar en torno al tema, se destaca la inclusión de una especie de “alerta” en el etiquetado de alimentos, un rotulado que diferencie los productos recomendados de los que no lo son, según si tienen exceso de sal, azúcares o grasas, dado que muchas veces estos datos figuran, pero en un tamaño ilegible para el consumidor. También se avanza en el control sobre el tipo de alimentos que comercializan las cantinas de las escuelas y en la promoción de la actividad física.
El director ejecutivo de la Comisión, Mario Zelarayán, insistió en lo preocupante de las cifras en esta población. “Son datos malos, porque se trata de niños que tienen hipertensión y obesidad y deben ser tratados. Si no tomamos las medidas adecuadas, se irán sumando más niños, y en la adolescencia convertiremos el 8 % actual en un 15 % de adolescentes hipertensos”, indicó.
Zelarayán se refirió a la alimentación como un factor fundamental si se quiere prevenir estas situaciones. Dijo que se debe trabajar en la educación en el hogar, sobre todo en los hábitos que las familias inculcan a los niños. El experto aseguró que esta población es muy permeable a los mensajes que se reciben de la sociedad a través de la publicidad, en la que la oferta de alimentos ultraprocesados es muy amplia. En este sentido, dijo que las acciones que se prevé concretar sobre el etiquetado, y que se resolvería por la vía de decreto, incidirán en la toma de decisiones.
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