TODOS SOMOS INTELIGENTES / Por Prof. Sheila Tarde

Del mismo modo que el hierro se oxida por falta de uso, y que el agua estancada se pudre, o que el frío la convierte el hielo, nuestra inteligencia se deteriora a menos que la mantengamos en uso” (Leonardo Da Vinci). En el ámbito educativo es frecuente escuchar a los padres decir: “a mi hijo no le da la cabeza para más”, “aunque se esfuerce no tiene capacidad” y otra afirmaciones sobre la escasa “inteligencia” de sus hijos. Estas afirmaciones limitan en su desarrollo a los estudiantes generando una pobre concepción de sí mismos.

El deseo de ayudar a nuestros educandos y sus familias nos ha llevado a indagar sobre el concepto de inteligencia, generando preguntas como: ¿quién es inteligente?, ¿los inteligentes tienen características en común?, ¿son inteligentes en todas las áreas?

El significado etimológico del término inteligencia nos dice que proviene del latín intellegentia (inter= entre y legere=escoger o leer). Podría definirse como la capacidad para escoger la mejor opción entre varias. El diccionario de la Real Academia Española define la inteligencia como la capacidad para entender y resolver problemas. Esta concepción tradicional es la que ha primado en nuestra sociedad hasta nuestros días, así se ha considerado inteligente a quien es capaz de resolver con facilidad problemas matemáticos o a quien tiene un buen desempeño en el área de las letras. En realidad esta concepción predomina porque es útil a las necesidades de una sociedad científico- técnica y burocratizada como la nuestra, pero el concepto de inteligencia es mucho más amplio.

En 1983 Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard, escribió “Las estructuras de la mente” en donde desarrolla el modelo de las inteligencias múltiples. Esta teoría propone una visión de la inteligencia con una capacidad múltiple, reconociendo que existen otros tipos de inteligencias aparte de la cognitiva. O sea, que existen diferentes tipos de inteligencia y ninguna es menos importante que la otra, un ejemplo que demuestra esta afirmación lo vemos cuando tenemos un joven que es brillante en el área de las ciencias pero tiene serias dificultades para relacionarse con los demás, lo que lo se deprime y aísla, dificultando su desarrollo personal.

En su teoría Gardner identifica nueve inteligencias:

lingüístico-verbal. Implica la capacidad para leer y escribir eficazmente. Es frecuente apreciarla en oradores, escritores, líderes religiosos o políticos, etc.

lógico-matemática. Capacidad para identificar modelos, calcular, formular y verificar hipótesis. Es requerida en economistas, matemáticos, ingenieros, etc.

visual espacial. Capacidad para percibir correctamente el mundo visual y transformar esas percepciones. La desarrollan los arquitectos, artistas, ingenieros, etc.

musical. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al ritmo, el tono o la melodía de una pieza musical. Presente en músicos, profesores de música, cantantes, etc.

corporal cinestésica. Es la capacidad para usar nuestro cuerpo, para expresarnos a través de él, para manipular objetos. La tienen más desarrollada los cirujanos, deportistas, artesanos, etc.

intrapersonal. Es la capacidad para conocerse a uno mismo, implica comprender de forma asertiva los pensamientos, sentimientos y emociones para guiar nuestro propio comportamiento. Se aprecia en personas consideradas como “maduras” y en los que trabajan en el campo de la psicología.

interpersonal. Habilidad para relacionarse, para interactuar con los demás, de ser empático. Incluye la capacidad de ser sensible a las expresiones faciales, la voz, los gestos y de responder efectivamente a ellos. La deben desarrollar los docentes, terapeutas, vendedores, etc.

naturalista. Es la competencia para identificar las relaciones que hay entre las especies de la naturaleza, percibir semejanzas y diferencias. Se ve desarrollada claramente en biólogos, naturistas, personas radicadas en el campo, etc.

existencial ó filosófica. Capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y a los rasgos existenciales de la condición humana. La desarrollan quienes se cuestionan acerca del por qué y para qué de la existencia.

Según Gardner todos los seres humanos tenemos estas inteligencias, algunas más desarrolladas que otras. Cada tipo de inteligencia tiene una serie de sub capacidades que la integran, por ello son infinitas las posibilidades de combinaciones que se pueden dar, otorgando un perfil único a cada individuo.

A partir del planteo de Gardner, en 1990 los científicos de la Universidad de Yale, Peter Salovey y Jhon Mayer, relacionan la inteligencia intra personal y la interpersonal construyendo un nuevo tipo de inteligencia llamándola inteligencia emocional. La definen como una especie de inteligencia social que implica la habilidad de reconocer y dirigir nuestras emociones y las de los demás. Esta inteligencia es especialmente necesaria en la sociedad actual, en donde los problemas de convivencia son una constante.

Otra idea fundamental de la teoría de la Inteligencias múltiples, es que estas inteligencias que poseemos no son innatas, pueden desarrollarse a medida que nos desafiamos a aprender, el estímulo constante genera nuevas redes neuronales que permiten “crecer” a nuestro cerebro.

Einstein (inteligencia lógico-matemáticas), Mozart (inteligencia musical) o Michael Jordan (inteligencia corporal cinestésica) son seres que desarrollaron de forma superlativa sus inteligencias, ninguna es más valiosa que otra, todas son necesarias y están relacionadas. Por esto, la afirmación del título “todos somos inteligentes”, pretende revalorizar todas las inteligencias, permitiendo que nos desarrollemos plenamente.

Bibliografía

-Gardner, H. (1994) Las estructuras de la mente. Fondo de cultura económica de España.

-Castelló, A. (2001) Inteligencias. Una integración multidisciplinaria. Masson. Barcelona.

 

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