PRODUCCIÓN Y COSTOS DE RENTA

Los ganaderos que son arrendatarios en un 100% deben producir entre 25% y 28% más para hacer frente a los costos de las rentas contratadas en dólares y costos de producción, como consecuencia de la caída de los precios ganaderos de los tres últimos años agrícolas, si se comparan los valores del ejercicio 2015/2016 con el período 2012/2013 que fue cuando se produjo el quiebre de los mejores precios ganaderos. El trabajo realizado por el Ing. Ítalo Malaquín del Instituto Plan Agropecuario que se viene difundiendo en diferentes reuniones por distintos puntos del país, indica que el 34% de las tierras de uso agropecuario (4,22 millones de hectáreas) son ocupadas por ganaderos que se dedican principalmente a este rubro y pastoreo.

Dentro del informe, se indica que el 75% de los contratos de arrendamientos registrados en 2015/2016 se establecen plazos de 1 a 3 años, lo que se incrementó sobre el ejercicio 2007/2008 que era de 67%. Según Malaquín una de las dificultades es la corta duración de los contratos, porque proyectar resultados productivos y económicos genera bastantes dificultades. Sobre cuáles son las razones para plantearse plazos tan cortos en los contratos, mirado desde el punto de vista del tenedor de la tierra y del arrendatario, es una interrogante. Una razón para el productor es que cuando piensa expandirse en su producción o pastoreo, si la duración de los contratos es de corto plazo, no es fácil provocar cambios productivos.

En la mayoría de los ganaderos, se explica que en un período de 10 años – de 2004 a 2013 – se produjo un proceso inflacionario en dólares corrientes de los productos, por lo cual era una forma de que el titular de la tierra se resguardaba de esa inflación, como también podía ser un argumento usado por los ganaderos.

Según el análisis, el arrendatario ganadero fue el que soportó todo el riesgo de precios en el período 2015/2016 y 2012/2013, donde la variación del tipo de cambio fue superior al IPC. Hubo un período de varios años en que frente a la volatilidad del valor de los productos en dólares corrientes, el tenedor de la tierra se resguardaba de esa forma y, como recibía dólares, sus ingresos en pesos mejoraron. En este caso el dueño de la tierra fue el que se benefició con esa modalidad de los contratos. Por otro lado, el productor redujo sus márgenes o está obligado a producir más para pagar esa misma renta en dólares a través de una productividad mayor.

El profesional afirmó además la importancia de que los productores apliquen un método para dar respuesta a tres preguntas claves: ¿Cuánta carne vacuna hay que producir para pagar los costos de producción? ¿Cuántos kilos de carne hay que producir para pagar la renta?, lo que en conjunto da una suma total de kilos y ¿Cuánta carne vacuna produce el campo? En base a esa información el productor razonará si tiene márgenes positivos o negativos. En caso de ser positivo, ¿Si cubre sus necesidades financieras y familiares? Por ejemplo, para una renta de U$S 100/há hay que producir 100 y 107 kilos por hectárea.

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