El miércoles 8 de diciembre se cumplieron 20 años de la puesta en funcionamiento de la Casa de Hospitalidad para familiares de pacientes de CTI y de Neurocirugía, de departamentos vecinos y zonas alejadas a la ciudad de Tacuarembó.
“Esta casa marca un hito histórico para la salud pública y ASSE”, ya que como manifestó el doctor Ciro Ferreira, director del Centro Hospitalario: “el desafío más grande era que los familiares no durmieran más en los pasillos, corredores y veredas del hospital, sino que tuvieran un lugar digno y decoroso donde comer, asearse y pernoctar”. “Gente humilde y de escasos recursos que vienen con una mano delante y otra atrás y sin recursos. La salud no se concibe sin entender que es el bienestar de la familia como un todo”, agregó.
Se trata de la primera casa con este fin que se creó en el interior del país, a instancias de la organización católica San Vicente de Paul.
Por la misma han pasado más de 36.000 personas (incluso extranjeros) a los que se les da contención y se tiende una mano en actitud de servicio.
Ha recibido reconocimientos como Premio Nacional a la Excelencia Ciudadana y Ciudadano de Oro. También fue declarada de Interés Nacional por el Centro Latinoamericano de Desarrollo.
Se sustenta económicamente gracias a la colaboración de ASSE, la Intendencia departamental de Tacuarembó y otras instituciones públicas y privadas del medio.
Fueron un ejemplo para crear con la misma idea, la Casa del Refugio Federico Ozanam, donde existe un área destinada a los pacientes que son tratados en el Centro Oncológico del Norte y la Casa Ronald McDonald, para las embarazadas y niños de la región. Por estas también han pasado decenas de miles de usuarios.
Uno de los impulsores de estos emprendimientos fue el cantautor Pablo Estramín, que eligió ser intervenido en el Hospital de Tacuarembó por el equipo del centro de neurocirugía CeReNeT, cuando tenía el ofrecimiento de hacerlo en una clínica especializada de Estados Unidos.
El intendente departamental Wilson Ezquerra y el director del hospital, destacaron el valor de contar con una figura consular, como la del Padre Juan Costa Rocha, que “con sus 88 años sigue aportando su granito de arena para mejorar la calidad de vida y la salud de los habitantes de esta comarca, ejemplo de solidaridad y fraternidad para las generaciones venideras”.
- Fuente. Montevideo Portal
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