Buenas noches señora Presidenta, señores Ediles, funcionarios, miembros de la prensa y público en general. Nuevamente debemos referirnos a este escándalo que cada vez se vuelve más turbio y cada vez más, siembra el descreimiento en las instituciones democráticas de nuestro país. Y esto va más allá de cuestiones político-partidarias, cuando se generan rumores, malentendidos desde la Fiscalía, cuando la Fiscal que está encargada de la investigación dice que no va a investigar los chats entre el Presidente y su Jefe de Custodia, a pedido de Presidencia; cuando pasa todo eso y más, la población se confunde y cree que hay gente ‘con coronita’, que algunos son distintos ante la ley, cosa que contradice una de las premisas más importantes de cualquier estado de derecho, como lo es el de que ‘todos los ciudadanos son iguales ante la ley’.
El ‘caso Astesiano’, el ex jefe de Custodia presidencial, viene acumulando numerosos y diversos episodios, pero aún está muy lejos de terminar. Resta todavía información por conocerse, y en los últimos días tomó estado parlamentario la denuncia sobre espionaje político.
Estas prácticas son incompatibles con un sistema democrático, es un hecho muy grave y tienen una magnitud enorme, tanto, que no tienen antecedentes en la historia política del Uruguay. Y la reacción del gobierno ha apuntado en dos direcciones: a minimizar el hecho y sobre todo, a exonerar de responsabilidad al Presidente, apuntando a que no hay responsabilidad política, sino una traición a la confianza depositada en un funcionario.
El Presidente no se ha hecho cargo personalmente de su responsabilidad, que consiste en haber designado a Astesiano, pese a haber sido advertido sobre sus antecedentes. Tampoco tomó medida alguna, como remover al responsable político; hubo una omisión total de mecanismos de control y verificación de lo que esta persona estaba haciendo durante años.
Ahora se sabe que Astesiano no tenía solo un celular, sino tres, y dos de ellos no fueron periciados. El Jefe de Inteligencia que tuvo a cargo la investigación y la detención de Astesiano, era cómplice de él, fue el encargado de que se recuperara la información y que borró las conversaciones con el Presidente, pero seguramente también mucho más.
Todo esto que estoy diciendo aquí, son datos de lo que está investigando Fiscalía, un caso que comenzó siendo el caso de los pasaportes, hace rato ya que se trata de otra cosa. Se trata de un entramado mafioso instalado en las cumbres del poder del Estado con propósitos políticos y económicos.
Este es el escándalo más grande desde la recuperación democrática, le han hecho un daño impresionante a nuestro país. Ya es hora que se hagan cargo, que se determine con claridad quienes son los responsables que estemos pasando por esto.
Parece que la estrategia del Gobierno Nacional, es explicar todo como si fuera Nacional contra Peñarol…, o sea, que el fanatismo nuble el raciocinio y no permita ver más allá de lo que los medios y algunos personajes, tratan de instalar.
Acá está en juego la credibilidad de los poderes y su independencia; en juego, el pensar como Nación y no en mezquinos intereses personales y partidarios; Uruguay tiene reservas morales en todos los Partidos políticos.
La gravedad del caso Astesiano, requiere que la investigación se haga en clave Nación y no en clave izquierda-derecha. Todos deben cooperar, marcar nítidas distancias con la corrupción por el bien de la República, señora Presidenta.
Pido que mis palabras sean enviadas a la prensa oral, escrita y televisiva. Muchas gracias señora Presidenta.
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(*) Palabras en la media hora previa de la sesión del jueves 8 de diciembre de 2022.
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