MUSEO NACIONAL DE ARTES VISUALES: “José Gamarra – Antología»

Exposición del pintor nacido en Tacuarembó.

La exposición Antología – José Gamarra en el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) recorre casi ocho décadas de trayectoria de uno de los artistas más importantes nacidos en el Uruguay y referente ineludible de las artes plásticas, no solamente en nuestro país sino más allá de fronteras.

El MNAV estaba en deuda con Gamarra, ya que durante todos estos años no se le había organizado una muestra individual en sus instalaciones —si bien se lo homenajeó con un significativo reconocimiento desde el Ministerio de Educación y Cultura en 2014, al denominar el 56.o Premio Nacional de Artes Visuales con su nombre—. Seguíamos sin poder acceder a una obra que a partir de 1963 se ha desarrollado en Francia, donde Gamarra se radicó definitivamente, aunque nunca dejó de tener profundos lazos con nuestro continente y en especial con Uruguay.

El hecho de que no haya un conocimiento mayor de la obra del artista en Uruguay tiene causas múltiples. Entre las más importantes podemos mencionar que Gamarra expuso individualmente en nuestro país desde 1948 hasta 1972 (en Galería U, de Enrique Gómez, fue su última muestra), recién a partir de 2009 volvió a exponer en diferentes ocasiones en Galería de las Misiones de Montevideo y José Ignacio — Maldonado— y por última vez hasta este momento, antes de la exposición que estamos presentando en el MNAV, en 2013 en el Museo de Artes Plásticas de Tacuarembó (MUART).

A esto hay que agregar que, si bien existe obra de Gamarra en colecciones privadas de nuestro medio, es escasa la presencia de su pintura en colecciones públicas de nuestros museos, ya sean de carácter municipal o nacional, lo que dificulta enormemente su difusión. De allí la importancia de esta muestra de carácter antológico que nos permite recorrer sus principales períodos, que comienzan con sus dibujos y pinturas tempranos, realizados en su infancia y juventud, pasando por la abstracción de sus signos, hasta llegar a sus siempre reveladoras y sorprendentes selvas.

Pero hay otro aspecto muy significativo a destacar. “Antología – José Gamarra” surge a partir de un gesto de extrema generosidad de Gamarra: la donación de treinta y una obras al MNAV, que nutren significativamente el acervo de la institución y por ende el patrimonio artístico de nuestra nación. La relación del artista con el Uruguay es profunda y se renueva, fortaleciéndose, a través de acciones altruistas como esta.

“Antología – José Gamarra” salda esta deuda histórica con el maestro, pero en forma parcial. Quiero creer que esta exposición es solamente el comienzo de un acercamiento más profundo a la obra del artista por parte del público uruguayo. Y que, de esta manera, se valorará en su justa medida, contando con que su incorporación a las diferentes propuestas expositivas que lleva adelante el Museo —a través de la exhibición permanente de su acervo, además de otros proyectos— torne insoslayable su presencia.

Es un compromiso que tomamos desde que comenzamos a trabajar en este proyecto y que culmina con la muestra y su catálogo respectivo. No se puede entender la historia del arte producido en el Uruguay sin el aporte del maestro José Gamarra, y esta opinión es unánime.

  • Enrique Aguerre (Director del Museo Nacional de Artes Visuales)

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José Gamarra artista plástico y grabador, reconocido a nivel internacional, vive y trabaja en Arcueil, Francia, desde 1963.

El maestro Gamarra nació el 12 de febrero de 1934 en la ciudad de Tacuarembó (Uruguay). Pasó su primera infancia en la ciudad de Tacuarembó en el barrio Ferrocarril. Hijo de José Gamarra de profesión militar y de Renée Macedonio ama de casa. Es el segundo hijo de una familia de tres varones; Adán, José Artigas, y Roberto.

Gamarra recuerda cuando tenía 5 años qué su padre llegaba a caballo con su asistente. Su padre era jefe de destacamento de Tranqueras en el departamento de Rivera, Uruguay. Muchas veces se alejaba de la familia por su trabajo. Los niños ayudaban a la madre en las tareas de la casa. Iban a la cooperativa del cuartel para hacer las compras de la semana. El hermano mayor Adán supervisaba las compras. De cinco a siete años asistió a una escuela pública en su ciudad natal.

La familia vivía cerca del arroyo Sandú en Tacuarembó. Cuando la abuela María Francisca Macedonio venía de Montevideo a verlos, iba a lavar la ropa al arroyo Sandú. Cuando volvía, traía un gran pescado del río. La vieja del agua, cuyo nombre científico es Plecostomus.

Desde muy pequeño Gamarra se sintió atraído por el arte. Iba con su padre a todos los actos culturales que tenían lugar en el cuartel de la ciudad de Tacuarembó, recuerda haber asistido a un espectáculo que lo entusiasmó e impactó ver con la velocidad y destreza que el artista invitado dibujaba animales y paisajes en un pizarrón. Con 7 años sus padres lo envían a la casa de su abuela materna María Francisca Macedonio, en Instrucciones y Camino Mendoza. Frecuenta la escuela primaria “de Maye” rodeada de viñas.

Gamarra cambia de escuela, comienza una nueva experiencia en la escuela Piloto N°129 a tiempo completo, a la mañana con las materias clásicas (matemáticas, español…) y a la tarde (música, pintura y trabajos manuales). Las maestras María Mercedes Antelo y Bell Clavelli tomaron en cuenta la sensibilidad del niño, lo estimularon a explorar y entender los materiales, los colores y todo lo que contribuye a despertar el interés del espectador. Sus primeras obras, retratos y dibujos del año 1945, realizados con apenas 11 años, el niño Gamarra manifiesta su interés por las artes plásticas.

A través de la práctica del arte expresaba sus emociones. Sus dibujos y retratos son el testimonio de su observación. La curiosidad lo llevaba a salir de su casa cuando oscurecía para observar el cielo y luego pintar la luna. Muy pequeño asistía a los conciertos, iba a ver ballet, observaba, luego dibujaba movimientos y las expresiones de los bailarines. Todas las actividades culturales eran exploradas por el niño Gamarra. Los conciertos en el SODRE del pianista Witold Malcuzynski, en junio de 1947 y los conciertos de piano de Pierino Gamba que dirigía la orquesta del SODRE (sala de concierto en Montevideo, Uruguay) con la edad de Gamarra. Esas experiencias fueron enriqueciendo su sensibilidad y creatividad.

Su primera exposición junto con otras escuelas la realizó en 1945 en el Subte Municipal de Montevideo, Uruguay, luego en el Ateneo de Montevideo en 1947.

En 1953 crea un nuevo lenguaje pictórico: los signos. Realiza obras que representan signos, símbolos precolombinos.

ESTUDIOS

En 1959 obtuvo la beca Itamarati del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil para estudiar grabado con Johnny Friedlander en el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro y en el Instituto de Bellas Artes de Praia Vermelha con Iberé Camargo.  En 1961 se instala en São Paulo​ durante dos años como Profesor de pintura en la Escuela de Arte de la Fundación Penteado. En 1962 participó en la III Bienal de Jóvenes pintores de Montevideo y en la III Bienal de Jóvenes de París obtiene el “Premio de Pintura”, el gobierno francés le otorga una beca.

En 1963 llega a París y decide radicarse en Francia. Instalado en Francia comienza con sus óleos de paisajes de selva amazónica.

Gamarra ha realizado más de sesenta exposiciones personales y ha participado en numerosas exposiciones colectivas en todos los continentes, una trayectoria pletórica salpicada de triunfos.

Sus obras hacen parte de colecciones en los más prestigiosos museos.  Uno de los pocos artistas uruguayos con obra en el Metropolitan Museum, Nueva York, en el MoMA, Museum of Modern Art, New York, Museo de Arte Moderno de París, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, etc.

Durante la dictadura militar en Uruguay, Gamarra no visitará su país natal, en 1985 cuando se restablece la democracia, regresa luego de 14 años de ausencia.

El artista denuncia en su obra toda forma de opresión, de los conquistadores españoles a las multinacionales.

La crítica de arte Garance Cappatti habla de la obra de Gamarra: “El trabajo de Gamarra nos hace reflexionar sobre la noción de identidad. Los símbolos y mitos están en perpetua mutación. Dos mundos se enfrentan: por un lado, la naturaleza, donde el caballo blanco brinca, símbolo de libertad, por otro lado, los diferentes poderes que fundan la estructura del mundo: el dinero, la ganancia, la posesión y el poder político, sinónimos de amenazas y de agresiones. La pintura de Gamarra es un himno a la libertad”.

Heber Perdigon https://www.josegamarra.org/es/biography-es/

 

 

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