DÉFICIT FISCAL: No se ajustó a metas fijadas por el gobierno

MONTEVIDEO (Uypress) – El déficit fiscal global de Uruguay (sin los ingresos al Fideicomiso de Seguridad Social) fue de 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, según los datos publicados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El resultado fiscal tuvo su mejor registro en setiembre de 2022 cuando cayó hasta 2,6%, pero luego los números empeoraron y se ubican lejos de las metas indicadas en la ley de Presupuesto y rendiciones de cuenta, según consigna diario El Observador.

Con ello el rojo de las finanzas públicas se ubicó en un nivel similar al heredado tras el cierre de la última administración del Frente Amplio.

La reducción del déficit fue uno de los objetivos prioritarios que se había trazado el gobierno al comenzar la actual administración. Sin embargo, el cierre de 2024 se ubica muy por encima del 2,5% del PIB proyectado originalmente en la ley de Presupuesto de 2020, y también alejado de las metas indicadas en las últimas rendiciones de cuentas: junio 2023 (2,6%) y junio 2024: (3,3%).

Este indicador clave se comportó en línea con lo previsto hasta el tercer año del período, pero luego tuvo un desvío en los últimos dos años de la gestión de gobierno.

Déficit fiscal y deuda pública

El Centro de Investigaciones Económicas (CINVE), señaló días atrás que el 2024 cierra con un déficit fiscal similar al registrado en 2019, y con un aumento de la deuda pública de más de 10 puntos porcentuales del PIB.

«El análisis de los datos fiscales más recientes, permite concluir que el equipo económico no logró mejorar el déficit fiscal y deja a la nueva administración, que asumirá funciones el 1° de marzo, un nivel de deuda pública sustancialmente mayor al existente en 2019», afirmó el análisis realizado por la economista Silvia Rodríguez Collazo.

Según CINVE, la situación actual de las finanzas públicas «es el resultado de magros registros en materia de crecimiento económico», que se ubicó en el último quinquenio en niveles de apenas el 1% anual, de incrementos del gasto público generados por acontecimientos imprevistos, como fueron la irrupción de la pandemia del covid-19 y la sequía, y de «aumentos sustantivos del gasto público atribuibles al tradicional comportamiento asociado al ciclo electoral».

Oddone: «La situación fiscal no mejoró»

Por su parte, el futuro ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, afirmó que el gobierno saliente hizo un manejo macroeconómico que permitió bajar la inflación, «pero al mismo tiempo, desde el punto de vista fiscal, no va a terminar siendo todo lo sólido que el mandato que recibió».

«(…) Si uno sale del dato puntual del cierre del 31 de diciembre del 2024 y mira la globalidad, la situación fiscal, es verdad que no empeoró desde el punto de vista del resultado, pero no mejoró. A su vez, aumentó el nivel de deuda en porcentaje del PIB y el gasto público es mayor hoy que en 2019. O sea que esa parte no está completa, dijo Oddone en una entrevista con El País.

Las cifras oficiales indican que el déficit fiscal era de 5% del PIB a comienzo de 2020, se agudizó durante la crisis de la pandemia, y comenzó a mejorar a partir de la segunda mitad de 2021.

Esa dinámica llevó a que en 2022 el rojo cayera hasta 2,6% en setiembre de ese año (1,9% sin Covid), el mejor resultado en lo que va del actual período de gobierno. Pero los números volvieron a empeorar a partir del cierre de 2022 con aumento del gasto público.

El resorte que se «apretó», pero que luego «voló por el aire»

Para el economista Javier de Haedo, el descenso temporal del déficit se basó en un ajuste fiscal «transitorio» que se dio en la primera mitad de la actual administración, período marcado por la crisis de la pandemia, cuando se derrumbó la actividad y se priorizó el mantenimiento del empleo.

En ese pasaje de tiempo hubo caída real de los salarios, baja de pasividades y desaceleración de inversiones. Pero eso fue algo que después se empezó a revertir progresivamente sobre la segunda mitad de la gestión del gobierno con consecuencia en las finanzas, según explicó en varias oportunidades

De Haedo ha comparado la situación con un resorte que se apretó y que comprimió el gasto público de manera transitoria, pero que luego se soltó y «voló por el aire». En otras palabras, no hubo un ajuste estructural y «permanente» del sector público, ha señalado.

  • UyPress – Agencia Uruguaya de Noticias

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