
La primera vez que hablamos fue por teléfono. Te llamé al fijo de tu casa en Ciudad Vieja, nerviosa pero entusiasmada. Yo era una piba inquieta y curiosa —como lo seguiré siendo, de alma, toda la vida—, y vos ya eras el mejor narrador oral que nos ha dado esta tierra y la región. No nos conocíamos, te llamaba para coordinar una entrevista, pero la mística fue inmensa y hablamos por casi una hora. Ahí se instaló una admiración mágica que ya estaba develada.
Resulta que después fuiste docente en la para mi generación la LICOM – hoy FIC – y volviste a enseñarme años después en Humanidades, en la Tecnicatura de Bienes Culturales, con esos talleres sublimes sobre tradiciones orales, y los bienes culturales inmateriales, verdaderos actos de hechicería académica.
Contigo conocí que hay una carrera en psicología social que no se estudia en la Facultad de Psicología y a adquirir conocimientos sobre Educación Popular, en la Multiversidad, con aquellos talleres de encantamiento que dabas los miércoles en el edificio de los Conventuales, ahí en Barrio Sur donde tan ligada estuve desde la vereda de enfrente después en la sede Montevideo del CLAEH.
Que placer las tertulias y las charlas extendidas en Los Girasoles con vino tinto con rodajas de naranja en las noches invernales, luego de clases.
¡Que bohemia y hermosa academia de vida y calle hubo en mis horas universitarias y no lo sabía!
Las noches se metían ondas en la madrugada y se sumaban las brujas, las mujeres sesgadas de la historia, los olvidados, y algún personaje de la Montevideo de principio de siglo.
Y vos ahí, siendo centro, alto, flaco, de piel blanca y ojos inmensos que dejaban ver el alma. Con tu voz honda, concreta, hipnótica. Tus pelos largos, muy largos, los chalecos de colores. Siempre te vi como un duende. Un duende sabio y generoso, de esos que me cautivan desde siempre.
Claro que de tus libros el que más me gusta es «Que las hay, las hay. Brujas de dos mundos», está de más decir, con la fascinación compartida que sentimos por ellas, pero son cautivantes las historias del Montevideo Mágico, del Uruguay Interior en un país de magias escondidas.
Hoy busqué «15 años de teatro barrial y una canción desesperada», con ese miedo latente de haberlo perdido o haber caído en el error de prestarlo con el peligro del «no-retorno». Me lo regalaste hace siglos con esa tapa de encanto, uno de tus primeros libros escritos.
Fue un privilegio aprender de vos. ¡Que tristeza! No tengo fotos en el celular nuevo. Perder registros, también duele.
Cuando en 2022 asumí la gestión en el Cine y Teatro ALSUR, supe de inmediato que ibas a ser uno de los primeros invitados. Imaginé una charla íntima en el Café Bistró, con la estufita encendida, recreando aquella escena televisiva tuya tan recordada.
Pero la gente enloqueció con tu presencia y tuvimos que pasar la actividad a la sala del teatro, sumando tres filas de sillas más. Vos, con tu humildad y generosidad intactas, llegaste en ómnibus, medio perdido, con la mochila llena de libros… y hasta con los portalibros, por si alguien quería llevarse un pedacito de vos.
El tema elegido fue claro desde el inicio:
—»¡Mujeres que dan miedo!»
Lo dijimos al unísono, como un conjuro.
En el camino ambos aprendimos a nombrarnos con ambos apellidos, reconociendo y dando lugar a papá y mamá, y sus linajes de espectros.
Te hablé de mi idea de crear un circuito mágico y secreto de Atlántida, tan cargada de símbolos, huellas alquimistas, de magas y hechiceros. Me alentaste. Dijiste que era una gran idea y que me ayudarías a investigar.
En setiembre del año pasado volviste a mi convocatoria. Charlaste en la sede de Punta del Este de la Universidad del CLAEH sobre «La historia ignorada: mitos y leyendas populares«. Había mucha gente mayor, menos estudiantes de los que esperaba, pero vos, como siempre, estuviste sublime. Te recordé mi proyecto de Atlántida Secreta. Me dijiste que me apoyarías, pero que ya no podrías participar. «Pensá en Guillermo», me dijiste. Creo que ya sabías esto.
Te había pensado para acompañar algunas noches de «Qué Tupé. Conversaciones a la Medianoche», aún en proyecto.
Otra cosa compartíamos. La fascinación por el «Lado B» de las cosas. Del amor, de la historia, de los vínculos, de las ciudades, de los pueblos, de la vida misma.
Y ahora duele marzo de 2025.
Se fue El Edgar. Te empezaste a ir vos de a poquito. Y lo que más pesa, se fue mi madre.
Marzo dual, entre la vida y la muerte, la luz y la sombra, la celebración de Gero, las alegrías y las tristezas, recordándonos que siempre coexisten el Lado A y el Lado B de la existencia.
Durante siglos, la tradición oral ha sido vista como un resabio de ignorancia. Relatos de aparecidas, lobisones, brujas, estancias asombradas… consideradas pruebas de superstición por quienes creen que la luz del saber borrará todo lo demás. Pero la tradición mágica persiste. Resiste. Crece. En cada rincón del mundo, flota en el aire una inmensa literatura invisible. Vos, Néstor, fuiste su voz. El gran narrador de los que no la tenían. El historiador de los invisibles. El duende que hablaba por las Celestinas.
Tu ausencia se va a sentir.
Mucho.
Como la de mi madre. La que se siente más.
Como la de todo lo que duele y deja luz.
Gracias, por tanto.
Nos seguimos viendo en el Lado B…
Bettina Silva Carneiro
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Néstor Ganduglia Otamendi (Montevideo, 1959, Montevideo 2025) – Psicólogo, psicólogo social y Magister en Educación Popular. Investigador en tradiciones culturales de América Latina desde 1990. Profesor Adjunto y responsable de cátedra en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República (1996-2001), Profesor Titular en la Maestría en Educación Popular de la MFAL (1990-2013). Director académico de Signo, Centro Interdisciplinario (desde 1998) y Signo Latinoamérica (Bogotá, Colombia, 2001-2004). Director científico del proyecto “Hacia un desarrollo culturalmente sostenible” en seis países latinoamericanos, con apoyo de UNESCO y la Cooperación Española (2005-2011). Consultor de UNESCO sobre Patrimonio Inmaterial (2009). Co-creador, investigador y narrador en la serie televisiva “Voces Anónimas” (canal 12, 2006-2017).
Investigador en temas relacionados con culturas, saberes y tradiciones de los pueblos latinoamericanos. Creador del proyecto “Montevideo Secreto”, para la apropiación social del territorio. Miembro de la Red de Creación Intercultural “Mingas de la Imagen”, impulsada por la Univ. Javeriana de Colombia y la Univ. Andina Simón Bolívar de Ecuador. Autor de los libros: Historias de Montevideo mágico (Ed. Planeta, 2005. 7ª ed. 2019), Historias mágica del Uruguay Interior (6ª ed. 2019), País de magias escondidas (tomos 1 y 2, 2ª ed. 2019), Que las hay, las hay. Brujas de dos Mundos (ed. Planeta 2017, 3ª ed. 2019), Historias bajo la Historia (ed. Planeta, 2022), Historias mágicas de la Tierra del Cóndor (Colombia, 2002), Los caminos de Abya Yala (Ed. Signo-UNESCO, 2011), Otras culturas, otros desarrollos: aportes metodológicos para un desarrollo culturalmente sostenible (Signo-AECID, 2014), Historias del Otro Marconi (Ed. Planeta – MVOTMA, 2019), Toledo: los espíritus del pueblo (comp. IMC, 2018), entre otros libros y múltiples artículos publicados en Uruguay, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Venezuela, México y España.
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