El Instituto Nacional de Colonización (INC) desarrolla un proyecto que pretende darle estabilidad al productor lechero arrendatario. Para ello, el instituto compra la tierra al propietario y le asegura la permanencia, siempre que demuestre ser un buen productor. Tras una etapa donde se ajustaron los requisitos para evitar abusos, se pasó a una fase de condiciones más flexibles. Actualmente se asiste a una docena de familias. El director del Instituto Nacional de Colonización, Andrés Berterreche, dialogó con la Secretaría de Comunicación sobre un programa que funciona en la órbita de la institución que lidera y que tiene por finalidad fomentar la estabilidad del sector lechero.
Recordó que cuando ingresó al instituto, en junio de 2010, «uno de los mayores planteos de las gremiales lecheras era la competencia por tierra que se estaba dando en estructuras que ya estaban establecidas». Si bien el instituto realiza “grandes esfuerzos” en la construcción de nuevas colonias lecheras, «el sector planteaba que primero habría que conservar a los productores que ya existen y que ya están en el marco de una red social y de servicios a la lechería que es importante mantener. Muchas veces se vendieron tambos, se desarmaron y se perdió al productor y una cultura que socialmente costó mucho armar”, recalcó.
En ese marco, y a partir de la idea de Álvaro Ferreira quien era director en representación de los productores y que es colono también, se generó un proyecto que luego se fue nutriendo con el aporte del Instituto Nacional de la Leche y de las gremiales. Berterreche explicó que «se compra la tierra al propietario y allí queda trabajando aquel que demuestra ser un buen productor lechero, brindándose estabilidad».
Beneficiarios – En el primer año y medio se asistió a unas seis familias. El jerarca reafirmó la importancia de esta acción porque “era eso o se iban de la producción y se trataba de muy buenos productores”. Hizo hincapié en el apoyo de las gremiales y de la industria láctea a la cual remitían estos productores. Actualmente se llegó a la docena de familias establecidas gracias a este programa.
Actualmente se atraviesa un proceso de flexibilización en las condiciones para llegar a más cantidad de productores que atraviesan esta problemática. Un ejemplo de ello es incluir a aquellos que están dentro de las propias colonias, es decir que el propietario al cual se le compra la tierra sea un “colono propietario”. “De esa forma estamos reconstruyendo colonias que eran lecheras, volviéndolas netamente lecheras”, explicó. Este proceso está empezando a hacerse expansivo y, si bien aún no se alcanzó un número significativo de asistencias, es importante para aquellos a quienes apoyó, por el efecto social y productivo que tiene. Berterreche recordó que «el lechero es uno de los sectores que más tiene que ver con la colonización».
“Todos los meses o mes por medio hay una nueva familia a la que le aseguramos que no se vaya a la ciudad y venda todos sus conocimientos, y que se pueda quedar, produciendo para el país, para la cadena láctea. Esto supone un crecimiento general para el sector lechero que es estratégico para el INC y para el país”, insistió Berterreche. Agregó que es más importante aún si se piensa que se trata de productores ya establecidos y que se encuentran por encima de los promedios nacionales de producción de leche, ya que superan los 3.000 litros por hectárea por año, cuando el promedio ronda los 2.500 litros.
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