Caminando por una calle de Montevideo, escucho el inconfundible flautín del «afilador de cuchillos»…al darme vuelta, en su bicicleta cajón a cuestas bajaba por la Avenida Garibaldi…hace años no veía un hacedor de este oficio, ni siquiera en una ciudad del interior. La fotografía con sonoridad poética me trasportó a la infancia, agradecida de que el mundo global y de consumo no pierda la esencia de los lugares comunes.
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