Como cada mañana luego de escuchar varias veces sonar la alarma, antes…bastante antes de la hora real en la que pretendo levantar, -una de las pocas manías que aún hoy conservo- de cepillar los dientes, lavar la cara y sujetar el pelo en la forma más parecida a un “rodete”, emprendo el día en mi bicicleta hacia donde sea. Mucho tiempo pasé en la búsqueda de “la chiva”, esa que se identificara con los rasgos más característicos que en mi personalidad hay, muchos si, hasta que hoy adquirimos con el tiempo y entre la gente fusión de identidad combo y hasta sujeta a una misma “cosa”. El viento en la cara y el pelo, el control del pedaleo, el ritmo, la nula emanación de gases tóxicos y sobretodo la continuidad del silencio, la colocan en un lugar de privilegio entre ruidosos caños de escape libres, bocinazos, motores roncos y “humos” negros.
Y si, es verdad…hay sonidos propios de la ciudad, esos que marcan los tiempos, que avisan que la ciudad despierta, que son parte y sin ellos, de afuera no entraría nada, pero hay otros que solamente son ruidos, intolerables, molestos, poluciosos, de gran merecida anulación. Y esa es una de las razones por la cual en los países europeos se ha fomentado desde las alcaldías el regreso al uso de “la bicicleta”; ese vehículo barato, cómodo y sencillo al que le supieron cantar “Los Faraones” entre tantos otros.
También las bicicletas públicas llegaron a la cosmopolita Nueva York con la multiplicación de ciclovías (más de 1.100 kms con un proyecto a corto plazo de llegar a 2.900 kms), cursos para adultos y 10.000 bicicletas distribuidas en 600 estaciones de Manhattan y en ciertos barrios de Brooklyn (sudeste) en un sistema público de alquiler; cediendo finalmente a la moda ecológica y retro chic que atrapa a otras grandes ciudades del mundo como Londres, París, Barcelona y se pone al día con numerosas iniciativas por este medio de transporte.
De esa forma, en cinco años el número de neoyorquinos que utilizan la bicicleta se ha duplicado, y ahora son miles los que lo hacen cada día en lugar de recurrir a los taxis amarillos y eludiendo autos en medio de los embotellamientos. Según expertos en las cosmopolitas ciudades del primer mundo, la gente se siente más segura a través de este medio de trasporte y entonces son cada vez más los que se desplazan en bicicleta, mientras que en sociedades tercer mundistas se sigue creyendo que circular por las calles citadinas en una 4×4 o un 0 Km. lo es “todo”.
También estan las otras voces, que cuestionan la seguridad de los peatones a raíz de la supuesta indisciplina de algunos ciclistas, pero a pesar del número creciente de estos, los accidentes en los que están involucradas bicicletas se han mantenido estables en estos últimos años y en las ciudades del Uruguay son de bajísimos porcentajes a casi nulos. Todo esto sin mencionar, los beneficios en la calidad de vida, que conlleva adoptar este hábito saludable como cualquier otro ejercicio físico, mejorando el estado de salud.
Entre campaña y campaña de concientización sobre siniestros de tránsito, sería una positiva iniciativa que los gobiernos departamentales y nacionales adoptaran el fortalecimiento del uso de este medio de trasporte, que en la romántica ciudad luz de París llega a 20.000, en Nueva York a 10.000 y en Hangzhou (Shangai-China) a nada menos que 60.000 unidades.
Ah…y porque como versea Martín Buscaglia, que lindo es el viento, el aire fresco, el verde, la libertad, el amor, vos y yo “de a bicicleta” por parque de los aliados/Rambla, calles del prado/cuernos de Batlle/en la ilusión y en el ralle/contigo conté.
Hoy voy a ser tu poeta/mi gran amor bicicleta/esta canción/cumplirá su misión/el día que la escuche en boca/de una chica combo de miel (montado en su brillante corse)/o la silbe un personaje/junto antes que cambie la luz (montado en su brillante corse).
Ohh que será que me inspira/serán tus rayos que giran/esta canción/cumplirá su misión
el día en que la escuche/en boca de una chica combo de miel (montada en su brillante corse)/en boca de una chica /todo gotas que realzan la piel
(montada en su oxidado corse)
Como una tela araña /que el rocío vistió para cantar (montada en su oxidado corse)
y yo voy a olvidarla hasta que vuelva/en forma de dejavu(montado en mi oxidado corse).-
BETTINA SILVA CARNEIRO (bettinasilva13@hotmail.com)
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