Entre el cielo y la tierra
una paloma
que a este Niño Dios mece
arrulladora.
Un manojo de tientos
para la cuna,
los pañales de nardo
y de aceituna.
Un rebozo de estrellas
para su vida
y del campo marcela
recién nacida.
¡Ay, cordero que traes
poncho de luna,
centinela celeste,
vellón y pluma!
Sonajero de grillos
para su risa
y un puñado de ceibos
en la caricia.
Entre el cielo y la Tierra
una paloma
que a este Niño Dios mece
arrulladora.
Sylvia Puentes de Oyenard
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