Tras recibir con un abrazo a Luis Suárez, el Presidente José Mujica dijo que su gesto simbolizó el apoyo de todos los uruguayos y rechazó “la truculencia” de los procedimientos aplicados por la FIFA al delantero de la selección uruguaya. Es “una monstruosa agresión no solo a un hombre, sino a un país” y “será una eterna vergüenza de la memoria de los mundiales”, sentenció. El fútbol es fiesta y no guerra, insistió.
En su audición semanal por la emisora M24, el Presidente Mujica se refirió a la sanción que la Comisión de Disciplina de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado) le aplicó al jugador Luis Suárez, por el incidente ocurrido en el partido que disputaron las selecciones de Uruguay e Italia el martes 24 por el campeonato mundial que se juega en Brasil.
Primero habló del delantero. Lo calificó de “un muchacho genial, que es brillante en la cancha, pero que no pudo soportar una ‘calentura’ de ese jueguito sordo de lima que se utiliza en el fútbol como una de esas herramientas, no deportivas, para calentar al adversario”. “
Suárez “no aguantó y estalló”, sostuvo.
Dijo que es un viejo truco del fútbol que se practica en todo el mundo y, conociendo el carácter de Suárez, “se lo hicieron, lo trabajaron”.
“Hemos tenido que padecer, no una justicia o una sanción, que en parte podía entenderse, y solo en parte, pero no puede entenderse jamás la truculencia, la forma, los procedimientos aplicados, una monstruosa agresión, no solo a un hombre, a un país, fundamentalmente por la forma, se transforma en un contenido peyorativo de desprecio, de aplastamiento”, agregó.
Mujica aseguró que esta decisión “será inolvidable, quedará en la peor memoria de la historia del futbol, será una eterna vergüenza de la memoria de los mundiales”.
En este contexto, el Presidente decidió concurrir a recibirlo al aeropuerto de Carrasco en la noche del jueves, pero tras retrasarse el vuelo debió retirarse del lugar. Finalmente Suárez llegó pasada las 05:30 de la madrugada, horario en que el mandatario retornó a la Base Aérea y finalmente pudo saludarlo.
“Volvimos a la cinco y media de la mañana, le dimos un humilde abrazo en nombre del pueblo uruguayo y lo invitamos a seguir viviendo, aprendiendo y luchando”, narró.
“A las cinco y media estábamos con la familia, recibiéndolo en una mañana fría, pero todos con el corazón muy caliente, unidos como sociedad. En realidad más que ir por nosotros, tratamos de simbolizar el afecto del pueblo uruguayo que, en estas condiciones, no juzga, rodea de afecto, porque todo lo demás equivale como a pegar en el suelo”, enfatizó el Presidente.
Mujica también envió un abrazo al resto de los jugadores de la selección que este sábado enfrentará a su similar de Colombia por los octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA y al entrenador, Washington Tabárez.
Indicó, además, que el torneo mundial es una fiesta deportiva primero que nada, y que como tal hay que verla. “No es una guerra, de ninguna manera”, sentenció.
“Que el dolor y la ofensa no nos achiquen el alma ni la visión. Confiamos y estamos al lado de nuestros compatriotas. En el triunfo o en la derrota al lado de ellos, con ellos y agradecidos por lo mucho que nos han dado”, arengó.
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