La única forma de combatir modalidades delictivas que acompasan la globalización es “la permanente formación de los efectivos” del Ministerio del Interior, estrategia implementada y profundizada por la actual administración, debido a que la convivencia de criminales uruguayos con extranjeros ha perfeccionado sus prácticas al margen de la ley, manifestó el director de la Policía Nacional, Julio Guarteche. En diálogo con la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior, el director Guarteche realizó una evaluación del grado de amenaza que representa la criminalidad en general y alguna de sus manifestaciones en particular.
Explicó que cualquier tipo de análisis de la seguridad de un país “tiene que empezar desde el sistema carcelario, porque, en cualquier lugar, el sistema carcelario es un generador de nuevas modalidades delictivas”.
En este marco, el jerarca señaló que en los últimos años “se ha percibido un progresivo cambio en las relaciones criminales”. “De la acción individual y la asociación circunstancial se ha pasado a un crecimiento, con la conformación de grupos más o menos estructurados, aun cuando el individualismo y la asociación circunstancial todavía permanecen”, apuntó.
Guarteche explicó que el fenómeno tiene que ver con la influencia que emerge del propio ambiente carcelario y en particular de la convivencia de delincuentes nacionales con extranjeros en otros países.
“Por ejemplo, en cárceles de otros países, donde delincuentes uruguayos cumplieron y cumplen condenas. A modo de ejemplo, hay que indicar 1.800 en Argentina, que hace dos años fueron expulsados de ese país tras cumplir la mitad de su condena”, indicó el funcionario.
Esta situación se instaló otrora en cárceles uruguayas, pero en los últimos años se ha corregido favorablemente desde la irrupción del nuevo modelo penitenciario de la mano del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). “Las prácticas de rehabilitación aplicadas y su efectiva diligencia han torcido el brazo de la influencia importada”, apuntó.
En ese contexto y retomando el fenómeno de la convivencia entre delincuentes, Guarteche indicó que “presos de esos grupos comenzaron una transferencia de conocimiento, de nuevas modalidades delictivas, de formas de dirimir conflictos a través de la violencia, la formalización de nuevos contactos, la concreción de negocios ilícitos, el conocimiento de medidas de seguridad para protegerse de otros y de la policía.
A partir de allí se consolidaron modalidades delictivas tales como el pago por protección para garantizar la seguridad personal, la extorsión a familiares de consumidores, la venta de drogas, los homicidios por ajustes de cuenta y el sicariato”.
Para el director nacional, la única forma de combatir estas modalidades que acompasan la globalización es “la permanente formación de los funcionarios policiales”, estrategia implementada y profundizada por la actual administración ministerial conducida por Eduardo Bonomi.
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