Autoridades del Gobierno coincidieron en que el “sesgo en el gasto social” mejoró las condiciones de vida de mucha gente, incluyendo a los jóvenes, en alusión a su inclusión educativa y laboral. Durante la presentación de una nueva edición del Atlas Sociodemográfico y de la Desigualdad, los jerarcas llamaron a tener memoria y capacidad de hacer síntesis y reconocer los avances, para dar continuidad a las políticas. El Gobierno a través del Instituto Nacional de Estadística (INE), la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y los ministerios de Desarrollo Social (MIDES) y de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), presentó el cuarto fascículo del Atlas Sociodemográfico y de la Desigualdad del Uruguay.
La publicación contó con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales y el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República.
Esta edición hizo foco en los jóvenes en aspectos vinculados a demografía, educación, mercado laboral y emancipación.
En el lanzamiento participaron el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker; el ministro de Trabajo, José Bayardi; el subdirector de la OPP, Jerónimo Rocca; el director nacional de la Juventud (INJU), Matías Rodríguez; el secretario general de la Organización Iberoamericana de Juventudes (OIJ), Alejo Ramírez y el investigador del Atlas, Santiago Soto, en representación del equipo que trabajó en el proyecto.
El objetivo de este Atlas es difundir conocimientos sobre la situación demográfica y poblacional con una mirada territorial, de género, a partir del procesamiento de datos generados por el Censo 2011.
En tal sentido, el subdirector de la OPP, Jerónimo Rocca, dijo que las críticas que se generaron sobre el último censo —en alusión a los cuestionamientos en cuanto a los tiempos de divulgación de los datos y al sistema de toma de datos—, deberían corregirse, porque en dos años y medio se publicaron cuatro atlas sociodemográficos, muchas otras publicaciones útiles para el desarrollo de políticas, a partir de microdatos censales que por primera vez se pusieron a disposición.
En cuanto a los datos, Rocca aludió al inminente aumento de la tasa de dependencia por el envejecimiento de la población y la caída de la fecundidad. Instó a “no entrar en la histeria pro natalista”, sino apostar a la inversión en capital humano, tendiendo a la universalidad de los bienes públicos (educación, salud y vivienda), en particular en la atención a la primera infancia, adolescencia y juventud.
Sesgo en el gasto social – El ministro Olesker dijo que al repasar el informe se visualiza un fuerte proceso de inclusión educativa que se expresa sobre todo en el tramo que comprende a la juventud y de 0 a 4 años.
En los adultos, el 38 % de la población (4 de cada 10) tiene como máximo enseñanza primaria culminada. En los jóvenes, el 18 % (1 de cada 5) tiene primaria completa y el 80 % restante ya culminó ciclo básico, mientras que 4 de cada 10 ya terminaron el bachillerato.
Actualmente un 25 % de los jóvenes están titulados en educación terciaria, mientras que el número de matriculados se multiplicó por cinco.
“El proceso de inclusión educativa se va haciendo con rezago, con lentitud, por ello se requieren políticas especiales de apoyo, mantenidas a través de Compromiso Educativo, Aulas Comunitarias y Jóvenes en Red».
También se registraron datos de inclusión en aspectos laborales, a favor de varones jóvenes; mientras que la tasa de desempleo para mujeres jóvenes sigue alta, situación que requiere de programas más específicos comprendidos en la Ley de Empleo Juvenil, por ejemplo, con subsidios a empresas que contratan a trabajadores jóvenes.
De acuerdo con lo planteado por Rocca, Olesker entiende que esto no es obra de la casualidad, porque estos resultados tienen relación con el sesgo. “Si todas las variables crecían igual (PBI, empleo, gasto social), no pasaba nada, pero por lo menos no ocurría como en los 90’ o en la dictadura que el sesgo fue negativo, fue neutra la política. Esto no es lo que pasó. El gasto social crece más de 30 puntos por encima del gasto público total y más de 40 por encima del PBI en este período 2004-2012. Uruguay aumenta su ratio del gasto sobre el producto y a su vez el gasto social también tiene un sesgo porque aumenta a mayores tasas”.
Olesker recordó que buena parte de estos resultados tienen relación con las políticas generales que involucran a los jóvenes (salud, educación y trabajo). También abogó porque se continúen llevando a cabo políticas focalizadas que vienen dando buenos resultados como las políticas educativas de inclusión.
El ministro también destacó la importancia de trabajar en distintos aspectos. En tal sentido, dijo que de 130 mil jóvenes que no estudian ni trabajan, 90 mil son mujeres y muchas de ellas tienen hijos, instancia que implica resolver el tema de los cuidados.
El jerarca insistió en que todo lo que se logró fue producto de políticas públicas con un sesgo presupuestal y político “que antes no tenían”.
El ministro Bayardi, puntualizó que este tipo de publicaciones son un instrumento para el proceso de toma de decisiones y destacó las políticas sociales que se consolidaron en estos dos últimos períodos de gobierno. Afirmó que es necesario visualizar las políticas sociales y de juventud que se instrumentaron y “pararse sobre lo hecho” para ver la realidad territorial y conocer de que manera inciden las distintas acciones.
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