“No se trata de un plan de construcción, es de recuperación por vía de la participación”, dijo Mujica respecto al Plan Juntos. Destacó el proyecto de salud bucal con Facultad de Odontología que “arrima la academia a las necesidades más hondas de un pueblo sin capacidad de pago”. Afirmó que “montando barrios humildes pero decentes se influye en la psicología” y se transita por “el camino de la seguridad y la convivencia”. El Presidente Mujica comenzó su audición en M24 haciendo referencia a “cosas chicas para el mundo pero grandes para mí”, en alusión al trabajo que realiza el Plan Juntos.
Recordó que el pasado jueves, en un barrio de Las Piedras, se realizó la presentación pública, junto al decano de la Facultad de Odontología, de «un equipo que hace un trabajo sistemático, compuesto por profesores y estudiantes de Odontología que, valiéndose de dos camionetas muy bien equipadas, tratan en los barrios del Plan Juntos las enfermedades bucales que afectan a la población».
Mujica explicó que las camionetas fueron donadas por una empresa importante de la construcción del Uruguay y equipadas por la Facultad de Odontología.
Señaló que el Plan Juntos trabaja en 42 lugares del país y los profesores aprovechan para ir formando a los futuros profesionales, dando atención in situ a esta población pobre. «La mayoría son mujeres con hijos, son barriadas llenas de niños y eso impresiona la diferencia demográfica», explicó. Mujica dijo que “muy frecuentemente estas mujeres, que están a la cabeza de sus hogares, tienen dificultades para conseguir trabajo si su boca no es presentable. Este es un hecho y la mejora de la boca además de una cuestión de salud contribuye a mejorar la autoestima de esta gente pobre”.
Agregó que el Plan Juntos no es un plan solo de vivienda, “es objetivamente una lucha por rescatar gente sumergida, donde la vivienda es un componente importante dentro de su sencillez, dentro de su humildad”. «Son viviendas de dos o tres dormitorios, donde las familias, las mujeres particularmente, participan en la autoconstrucción, se organizan, discuten el reglamento y las obligaciones que se autoimponen», recordó.
Además, resaltó que se establecen guardias rotativas nocturnas para cuidar los materiales y que los participantes donan algunas horas de su trabajo para ayudar a aquellas familias que tienen impedimentos físicos para poder cumplir con sus horas de trabajo. El Plan Juntos brinda los materiales y la dirección técnica de algunos trabajadores calificados que orientan el proceso de autoconstrucción. Explicó que en muchas ocasiones es necesario preparar el terreno, lo que implica hacer movimientos importantes de tierra. En ese caso los trabajos los hace fundamentalmente la maquinaria del Ejército Nacional.
Recordó que las casas a veces se hacen en dúplex y que se procura que tengan dos pisos para aprovechar el terreno. Se trata de asegurar baño con agua corriente, rústico pero digno, con servicio sanitario que aseguran viviendas secas. Tienen entre 55 y 60 metros cuadrados para que una familia pobre tenga un mínimo asegurado. “No se trata de un plan de construcción, se trata de un plan de recuperación por la vía de la participación en equipo de las familias, las que se benefician y que al participar entran a querer aquello que les costó y empiezan a tener una vida con baño, agua corriente y pueden criar a los hijos en otras condiciones”, enfatizó el Presidente.
Mujica dijo que “cuando termine este gobierno tendré la satisfacción de haber volcado no menos de 400 mil dólares y tal vez 50 mil dólares más mes a mes en cuotas de lo que me paga el Estado y con ello haber promovido la buena fe de muchísima genta a la que le tengo que agradecer”. Dijo que “estas casitas pueden costar a lo sumo 20 mil dólares, a veces algún peso más, donde hay que mover mucha tierra, pero si lo tuviéramos que hacer por la vía del mercado la gente no tendría la participación y compromiso que tiene y los participantes entienden que no son cosas que caen del cielo sino del esfuerzo colectivo y organizado”.
Mujica dijo que con estas acciones se persigue “una promoción de la conciencia y el compromiso social”. Destacó el trabajo con la Facultad de Odontología, “arrimando la academia a las necesidades más hondas que tiene un pueblo sin capacidad de pago”. Este es el camino de prevenir, montando barrios humildes pero decentes para tratar de influir en la psicología y la mentalidad de quienes participan porque allí está la verdadera formación y el camino de la seguridad, del futuro y la convivencia.
“Es mucho lo que puede hacer una sociedad si toma conciencia paso a paso de la fuerza que colectivamente tiene”, aseguró. Agradeció a toda la cantidad de aportes silenciosos, las jornadas voluntarias de los grupos cristianos, de la gente que con cualquier definición ayuda de una forma u otra.
“No ayudamos a la gente pobre, en realidad la gente pobre nos ayuda a nosotros a vivir, a tener causa, a sembrar un poco de amor en una sociedad que a veces tiene demasiado egoísmo. Ser un poco mejores compartiendo y dándonos cuenta que en la vida por embromados que estemos siempre podemos hacer algo por los demás y más podemos hacer si contamos con un cacho de confianza de la gente”, enfatizó.
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