El Presidente José Mujica recibió en la Torre Ejecutiva a Camila Vallejo, diputada chilena de la gobernante Nueva Mayoría, quien elogió el modelo educativo uruguayo sustentado en la gratuidad y la universalidad. La joven parlamentaria, una de las protagonistas del movimiento estudiantil pro reforma en su país, dijo que construyen su propio sistema de enseñanza, recogiendo experiencias válidas en el exterior.
Conocida por su liderazgo en las multitudinarias protestas a favor de una educación gratuita y de calidad en Chile en los comienzos de esta década, Vallejo analizó con Mujica los pasos que se están dando en su país para reformar el sistema de enseñanza, tras la llegada al gobierno de Michelle Bachelet al frente de la coalición Nueva Mayoría.
Vallejo se reunirá este sábado con el nuevo rector de la estatal Universidad de la República, Roberto Markarián, en busca de recabar experiencias sobre el sistema gratuito y laico que existe en Uruguay, en particular en sistema terciario.
“Es una gran oportunidad que tenemos hoy con el gobierno de la Nueva Mayoría, no solo de avanzar en una reforma que permita entender a la educación como un derecho y no como una mercancía, sino también en el plano de otros cambios, que Chile por décadas ha estado esperando tras la recuperación de la democracia en 1990”, dijo a la Secretaría de Comunicación al término de la reunión.
“Eso lo compartimos con el Presidente Mujica”, añadió Vallejo.
La diputada chilena, de solo 26 años, se refirió a lo que llamó “terrorismo comunicacional” por parte de los medios de comunicación y sobre todo de los sectores más conservadores por atemorizar a la población y distorsionar los procesos de cambio que se están haciendo en varios países de América del Sur.
“Vemos con mucha admiración los procesos que se están dando y el modelo que tiene en materia educacional el Uruguay”, remarcó la legisladora por el Partido Comunista, aliado en la Nueva Mayoría.
“Nosotros vemos como ejemplos aquellos modelos educacionales que se sustentan en un paradigma distinto al del mercado, de los que entienden que la enseñanza es un derecho, que es una inversión social, que tenemos que hacer todo para educar a las futuras generaciones, para mejorar nuestro modelo de desarrollo o transformarlo para bienestar del pueblo en su conjunto”, consignó.
“El que haya países como Uruguay y otros que sustenten su modelo educacional en lo público, gratuito, de excelencia y democratizado, con las falencias que pueda tener, nos parece que es algo que hay que observar desde adentro”, apuntó.
“Por ello, la reunión con el rector de la Universidad de la República va a ser de gran ayuda para recoger la experiencia”, observó.
La diputada chilena sostuvo, no obstante, que no hay que copiar los modelos de otros países, aunque sí tomarlo como experiencia para los avances que se logren hacer en Chile
En ese sentido, haciendo un repaso de la reforma educativa, comentó que Chile se encuentra en la primera etapa de dicho proceso.
“Ya se aprobó en la comisión de la Cámara de Diputados la primera ley relevante en materia de reforma educacional, que avanza con terminar con el negocio de la escuela, consagrar la enseñanza inclusiva no solamente en el acceso sino en la permanencia del estudiante en esta etapa de la vida y, además, que sea gratuita”, puntualizó.
“Esperamos que llegue a buen puerto en el Senado y permita implementarse en los próximos años”, alentó.
Asimismo, sobre ese punto, agregó que queda pendiente la reforma de la educación superior para avanzar por el mismo camino de la gratuidad y “terminar con el negocio”.
“También tenemos que trabajar en la carrera docente, en el marco de un plan para tener un nuevo trato con los trabajadores de la educación, pues no podemos mejorar la educación si no lo hacemos con las condiciones laborales de quienes enseñan”, advirtió.
“Esperamos tener éxito en esta gran batalla que es por una transformación profunda de nuestra educación”, dijo.
Finalmente, Vallejo sostuvo que, si bien la experiencia de cada país de América Latina es distinta, hay que mirarlas como un todo, como un horizonte común.
“Es la lucha por profundizar nuestras democracias, hacerlas más participativas y la consagración de los derechos universales para todo el pueblo y, en ese marco, apurar el combate contra la desigualdad. Esos son horizontes compartidos por muchos de los gobiernos progresistas de América Latina”, enfatizó.
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