José Mujica abogó por gobiernos creíbles y comprometidos con sus pueblos, que logren concretar la tan ansiada unión latinoamericana. “Hay que preocuparse por la gente, tener sintonía con ellos, (pues) la política no puede ser manejada por el mercado”, sentenció el mandatario uruguayo tras recibir de Surinam la presidencia temporal de la Unasur en el marco de su octava cumbre, que finalizará este viernes en Ecuador. El Presidente de Surinam, Desiré Delano “Dési” Bouterse, traspasó el mando anual a Mujica en la primera parte de la asamblea de dos días de la VIII Reunión Extraordinaria de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), que se realizó este jueves 4 en la sudoccidental ciudad ecuatoriana de Guayaquil.
La cumbre proseguirá este viernes en Quito, donde se inaugurará la sede permanente del bloque, que lleva el nombre del expresidente argentino Néstor Kirchner, fallecido en 2010, cuando ya gobernaba su sucesora y esposa, Cristina Fernández.
Luego de los discursos inaugurales de la cita a cargo del mandatario anfitrión, Rafael Correa, y del secretario ejecutivo del bloque, el expresidente colombiano Ernesto Samper, se procedió a la transición de la presidencia de Unasur tras un extenso resumen de Bouterse sobre su gestión llevada adelante en el último año.
Mujica agradeció la entrega de la presidencia del bloque conformado por los 12 países de América del Sur y aseguró que solo habrá integración si hay voluntad política, lo cual necesita del compromiso de todos, “porque los obstáculos del mundo son enormes y el pasado nos sigue apretando”.
Agregó que las economías sudamericanas son desiguales en relación a las del resto del mundo y, si no se entiende la necesidad de que hay de unirse para vencerlas, “nos ganarán el partido y se perderá una nueva oportunidad, irrecuperable”. “Llegamos tarde al tiempo del desarrollo y (por eso) ellos nos llevan 200 años de ventaja, de inteligencia, de investigación de acumulación de capital”, agregó en relación al Norte industrializado.
Para el mandatario uruguayo, la integración hay que construirla y hay que sobreponerse a las dificultades que cada Estado tiene en particular.
“Nunca hemos sido capaces de darnos un abrazo de esa magnitud. Debemos aprender del pasado, de las derrotas, de las cárceles, de la deuda social que tiene América Latina”, arengó a sus pares. Precisamente, en esta cita, que se llevó a cabo en el Centro Cívico de Guayaquil, participaron los 12 gobernantes de la Unasur.
“Tenemos que rescatar en el mundo dos cosas: la paz y la dignidad de la política. Hay que gritar fuerte: no a la corrupción, porque las masas desconfían y no creen en los gobiernos encerrándose en el individualismo”, sostuvo. A continuación, Mujica insistió en que la gente debe tener esperanza y para ello que se les debe dar gobiernos creíbles.
“Las repúblicas deben gritar que los hombres y mujeres somos todos iguales y las mayorías mandan, por lo tanto los que gobernamos debemos estar comprometidos con las mayorías en todas sus formas, porque al final terminarás pensando como vives, cuando debes de vivir como piensas”, reflexionó.
Arribando al final de su intervención, Mujica expresó con un tono enfático que no debería ser posible que el “señor mercado” mandate todas las relaciones. “El que quiere hacer plata que se vaya a la industria, al comercio o al mundo financiero, pero que no se entrevere con la política”, advirtió. De igual modo, reconoció que la política no está exenta de intereses, pero estos no son económicos, sino sociales.
“Hay que preocuparse por la personas, tener sintonía con ellas; la política no puede ser un mercado, es otra historia”, agregó. Hay que lograr la unión sin negociar el alma, “es el compromiso con nuestros pueblos, y solo alcanzaremos el desarrollo si somos capaces de construir la patria que soñaron nuestros libertadores”, culminó.
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