Desde que fue creado por la ley 17.234 en 2008, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) integró 12 zonas, en cuyo ámbito se puede armonizar el cuidado ambiental con el desarrollo económico y social. Con la colaboración de organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, este organismo actúa hasta ahora sobre 180.397 hectáreas terrestres y marinas, que equivalen a 0,6 % de la superficie del territorio nacional.
El SNAP interviene en los ambientes naturales del Uruguay como ríos, sierras, humedales, pastizales, montes, quebradas, zonas marinas y costeras e islas, y en los valores culturales asociados. En sus seis años de vida, lleva integradas 12 áreas a su sistema.
Las áreas se protegen con el objetivo de contribuir a la conservación del patrimonio natural y cultural del país, ayudando a reducir las presiones causadas por ciertas actividades humanas sobre estos ambientes y a transformar estos sitios en lugares en los que se visualicen los beneficios de la protección.
Su accionar genera oportunidades para las comunidades locales y la sociedad en su conjunto, como la recreación, el turismo, la educación, la investigación, el desarrollo de actividades productivas compatibles con la conservación y el mantenimiento de tradiciones y culturas locales que fortalecen nuestra identidad.
El director del SNAP, Guillermo Scarlato, explicó que la gestión en cada área implica diferenciar zonas, porque las normativas no son las mismas para cada una de ellas. Cada área cuenta con un plan de manejo específico elaborado en conjunto por cada comisión asesora, integrada por delegados institucionales y organizaciones públicas privadas y de la sociedad civil de cada lugar.
El conjunto del territorio uruguayo bajo distintas formas de protección de la biodiversidad se ubica en 8 % de la superficie terrestre y marina del país, además de que en el especio marino se aplican otras formas de protección destinadas al cuidado de los recursos pesqueros.
En particular, el SNAP protege 180.397 hectáreas, que incluyen superficies marinas y terrestres, alcanzando a 0,6 % del país.
En sus primeros seis años de vida, el SNAP creó dos planes de manejo, ha recibido 140.000 visitantes por año, estableció órganos para la gobernanza del sistema y sus áreas protegidas, directrices para la planificación y la gestión, 41 guardaparques con acreditación de saberes y programas de formación específica de la UTU y de la estatal Universidad de la República.
También 2.500 escolares participan en actividades de educación ambiental en áreas protegidas, se instalaron centros de interpretación para visitantes, señalización con carteles y senderos, una lista de especies prioritarias para la conservación consensuada y publicada y un plan estratégico para 2015-2020.
Áreas protegidas – Hasta el momento, el SINAE está a cargo del Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres, del Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay, en Río Negro, el Parque Nacional Cabo Polonio, Parque Nacional San Miguel, Paisaje Protegido Laguna de Rocha y Área de manejo de hábitats y/o especies Cerro Verde e Islas de la Coronilla, las cuatro en el departamento de Rocha.
Área de manejo de hábitats y/o especies de laguna Garzón, en Maldonado y Rocha, el Paisaje Protegido Valle del Lunarejo, en Rivera, Paisaje Protegido Localidad Rupestre de Chamangá y Monumento Natural Grutas del Palacio, en Flores, el Área Protegida con Recursos Manejados Montes del Queguay, en Paysandú, y el Área de manejo de hábitat y/o especies Rincón de Franquía, en Artigas.
Aunque aún es bajo el nivel de cobertura de superficies del SNAP, el porcentaje de paisajes representados supera 70 % del total del país, y el porcentaje de los ecosistemas y especies prioritarias para la conservación amenazadas superan 30 %.
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