En 2014 la gestión de la Dirección de Educación del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente permitió que 318 jóvenes privados de libertad se reinsertaran en Educación Secundaria y rindieran más de 2.000 exámenes. Para este año la institución fortalecerá proyectos de formación e instalará mesas educativas interinstitucionales para generar estrategias que favorezcan y mejoren la capacitación de los jóvenes. La Dirección Nacional de Educación del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA) inició su gestión en enero de 2014 y desde entonces ha sido la encargada de fortalecer la propuesta pedagógica y ofrecer mayores opciones en educación formal y no formal para los jóvenes de la institución.
Esta dependencia está compuesta, a su vez, por cuatro direcciones entre las que se encuentran; Educación Formal, Educación No Formal, Educación Física y Convenios, que han permitido diversificar la oferta educativa y la atención pedagógica de los menores delSIRPA.
En lo que respecta a la educación formal, a través de un convenio entre el Consejo de Educación Secundaria y el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) durante el 2014 un total de 381 jóvenes privados de libertad, de entre 13 y 21 años, de los más de 600 que SIRPA amparaba en ese momento, continuaron su formación en nivel secundario.
Según datos publicados por SIRPA, estos jóvenes rindieron en total 2.139 exámenes de este ciclo, a través de la propuesta educativa Áreas Pedagógicas, mediante la cual los adolescentes de extra edad, repetidores y desertores del Ciclo Básico de Educación Media pueden reinsertarse a la educación y cursarlo en modalidad semestral.
Por su parte, UTU a través de ocho talleres cortos, que iniciaron en agosto y culminaron en noviembre, atendió durante 2014 a 70 jóvenes de Colonia Berro, de los cuales aprobaron 54, es decir el 77 % del total de alumnos.
Según expresó el director de Educación del SIRPA, Eduardo de Freites, para este año la institución se propone fortalecer los programas que actualmente ejecuta, aumentar la oferta pedagógica para estos jóvenes e implementar mesas educativas permanentes en donde la institucionalidad educativa trabaje de forma consensuada para desarrollar estrategias que favorezcan la formación de estos jóvenes.
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