“La educación como elemento fundamental para la rehabilitación” – “Toda persona tiene derecho a la educación (…). La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.” (Declaración Universal de los Derechos Humanos – Art. 26). Una de las razones fundamentales del sistema penitenciario es la reinserción y rehabilitación de las personas que están encarceladas. De acuerdo a esos objetivos, la educación en las cárceles, debe humanizar y mejorar las condiciones de reclusión, y constituir una etapa previa a la puesta en práctica del proceso de rehabilitación.
Para las Naciones Unidas, la educación en las prisiones es un derecho que se encuentra enmarcado en la perspectiva de la educación para todos y a lo largo de toda la vida. Esto supone que no debe ser considerada una educación especial sino la continuidad de la educación formal y no formal de una persona confinada de forma transitoria en un lugar específico. (La Educación en las Cárceles del Uruguay, La Comisión de Apoyo a la Educación en Cárceles en el Uruguay).
En nuestro país, hasta no hace tanto tiempo y para muchos, la educación en las cárceles se veía como una tarea casi marginal, propia del voluntariado y en el mejor de los casos, limitada sólo en algunos centros de reclusión. Este contexto, no era más que la confirmación de la principal característica de la educación en los establecimientos carcelarios en cuanto a la existencia de más de veinte criterios diferentes sobre educación, es decir uno por la Dirección Nacional de Cárceles, Penitenciarías y Centros de Recuperación (DNCPyCR) que cubre a más de la mitad de los privados de libertad, otro por el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y uno por cada Jefatura de Policía departamental.
A partir de la promulgación de la Ley N° 17.897 del 14 de setiembre de 2005, aquella realidad comenzó a cambiar. Por primera vez se toma a la educación como elemento fundamental para la rehabilitación del sujeto y fija un criterio de valor al estudio. Desde principios del año 2007 se crea una Comisión de Apoyo a la Educación en Cárceles (CAEC), integrada por miembros pertenecientes al Ministerio de Educación y Cultura (MEC); el Departamento de Educación y Extensión Educativa de la Dirección Nacional de Cárceles, Penitenciarias y Centros de Recuperación y el Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados (PNEL) perteneciente al Ministerio del Interior (MI); el Comisionado Parlamentario (CP); la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP); y un técnico con experiencia pedagógica en proyectos de Educación Penitenciaria, designado por el resto de los miembros natos.
Es así que el viernes 11 de diciembre en la Unidad número 26 del Instituto Nacional de Rehabilitación en Tacuarembó, se realizó el cierre de cursos del año lectivo 2015.
En esta unidad hay 135 privados de libertad, la mayoría, entre los 18 y 35 años de edad. De esta cifra, 11 son mujeres, que si bien ya está construida la cárcel femenina, aún no está pronta su habilitación. Este centro de reclusión femenino está ubicado en la ex Villa Policial.
En el acto de fin de curso realizado en el patio de la Cárcel departamental, se adjudicaron certificados a aquellas personas que han culminado el ciclo secundario. En el año 2015 asistieron a los cursos de Educación en Contexto de Encierro, 25 privados de libertad, repartidos en 8 mujeres y 17 hombres. En la oportunidad hubo una exposición de creaciones manuales de los propios reclusos.
Sé el primero en comentar