Concluida la zafra 2015/2016 a la fecha todos los apicultores y relacionados con el sector apícola coincidimos que “estamos atravesando el período más grave que se ha vivido en la historia de nuestra apicultura, sobre todo si se tiene en cuenta la trascendencia que alcanzó en los últimos años en lo económico y en lo laboral”. La productividad de miel en todo el país fue muy baja y el precio de exportación no permite cubrir los costos de producción. Todos tratamos, de una forma o de otra, de explicarnos que sucedió con los precios que se desplomaron y por momentos no teníamos donde colocar nuestras mieles.
Ahora ¿qué ocurre realmente en los mercados externos? ¿Qué sucede con las exportaciones de miel? Es indudable que el mercado mundial de la miel no se había visto hasta ahora influenciado de manera tan dramática por factores geopolíticos y macroeconómicos y hoy tiene series problemas, no es ajeno a la crisis internacional que afecta la demanda y que complica las materias primas en general. A partir de la salida de Gran Bretaña de la zona euro (“Brexit”) el comercio puede ser aún más incierto.
Mercado de la miel
Estados Unidos – Demostró tener stocks amplios de miel de Argentina, Canadá, Vietnam, India y Ucrania, y no compró lo esperado.
Argentina – No había logrado vender gran parte de sus producción, había exportado solamente 48.000 toneladas en 2015 sobre una cosecha de aproximadamente 65.000 toneladas, dejando un pesado stock, difícil de vender en 2016 por la sobre producción mundial. En Argentina, el promedio de exportaciones en los dos primeros meses del año se realizaron con valores en un rango de entre 2200 y 2500 dólares por tonelada, con una cotización del dólar que osciló entre los 13 y 15 pesos en la paridad cambiaria.
Brasil – La cosecha temprana de miel industria en el sur de Brasil falló en el cuarto trimestre de 2015, debido a las fuertes lluvias. Pero los precios de la miel orgánica eran firmes y ascendiendo ligeramente en febrero. Brasil es, sin dudas, un buen modelo de negocio para la producción de miel, en los primeros meses de 2016 sus exportaciones difícilmente perforan el piso de los U$$ 3.000 por tonelada, contando aún con operaciones que llegan hasta los U$S 3.500 y más. Esto pone el acento en el formato que presenta la organización de la apicultura brasileña, donde los productores más importantes y otros que no lo son tanto en estructura productiva, son quienes comercializan internacionalmente su miel, exportan directamente, negociando valores de las operaciones con diferentes importadores en distintos países compradores tradicionales o no de miel.
China – Este gigante es de los países que más han aumentado sus exportaciones en pocos años pasó de 90.000 toneladas a 150.000, que no son de buena calidad. Por lo que ello China aumenta sus importaciones de miel de 30% cada año, podrá convertirse en un potencial mercado muy interesante para los productores de buena calidad y de mieles tipificadas.
Uruguay – Sufrió y sucedió algo similar a lo que ocurrió en la Argentina, las operaciones de exportación de miel bajaron en su cotización de los U$S 3.000 promedio del año pasado, hasta un promedio similar a la cotización de las exportaciones argentinas, con un piso de precios de U$S 2.080 por tonelada. Haciendo que los precios que se pagaban al productor apenas alcanzaran el U$S 1,10 por kilogramos. ¿Tendremos que adoptar el modelo brasileño? ¿Qué productores podrían contar con fondos para la reconversión? Lo real de esta situación es que los apicultores, que Tacuarembó no contará con ingresos del sector que se pueden estimar en más de U$S 1.200.000.
Se mantendrán en el rubro los apicultores que minimicen sus gastos y aquellos que logren un muy buen promedio de cosecha en la próxima primavera. Sin dudas, si la intención es preservar la apicultura como actividad lucrativa, generadora de empleo y de exportaciones genuinas, el cambio de paradigma en la cadena comercial debe darse pronto y los apicultores deben convencerse de la necesidad (¿obligación?) de convertirse en exportadores de miel para no desaparecer, al fin y al cabo, toda crisis siempre ofrece oportunidades para superar y mejorar.
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