El paisaje Laguna de Rocha, incorporado en febrero de 2010 al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, incluyó varias hectáreas que, si bien estaban delimitadas en ese decreto original, no figuraban en el listado de forma explícita. La nueva norma firmada por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, este mes actualiza la cantidad de padrones en esa condición, con lo cual el área quedó ahora establecida de forma correcta.
El Poder Ejecutivo decretó la incorporación de tres padrones que, si bien estaban incluidos en el decreto original, no figuraban en el listado de forma explícita. En el trabajo de elaboración del plan de manejo se detectó el inconveniente que ahora queda solucionado con el decreto. Los padrones referidos son el 4483, 19886 y 19887, que pertenecen a la séptima sección catastral del departamento costero del océano Atlántico.
Desde el año pasado, la Laguna de Rocha cuenta con un plan de manejo que orienta las acciones para cumplir con los objetivos por los que el área fue incorporada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).
El decreto del 30 de diciembre de la Presidencia de Uruguay amplía el artículo 1.° del aprobado el 18 de febrero de 2010, cuando se estableció la selección y delimitación del área natural protegida denominada Laguna de Rocha y su incorporación al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
El paisaje protegido Laguna de Rocha, en el este del departamento de Rocha, ocupa un área de aproximadamente 22.000 hectáreas, que incluyen 7.200 de agua y grandes zonas de lomadas, llanuras, franja costera y plataforma oceánica.
Mediante un sistema de apertura y cierre de la barra arenosa, esta laguna, con una profundidad promedio de 58 centímetros, se comunica periódicamente con el océano Atlántico. Se mezclan así agua salada y dulce, lo que favorece el desarrollo de su gran biodiversidad.
El área constituye un ecosistema importante como sitio de alimentación, nidificación y reposo de grandes concentraciones de aves. En los arroyos y bañados cercanos habitan nutrias, carpinchos, tortugas, zorros y lobitos de río, mientras que en el campo abundan ñandúes y mulitas. Este lugar también es hogar del sapito de Darwin, especie amenazada a nivel global.
La zona oceánica del área es un importante sitio de cría de especies de peces de valor comercial y de traslación de cetáceos como la ballena franca y el delfín franciscana.
En cuanto a la vegetación, en los bordes de la laguna se desarrollan praderas inundables, un bañado salino o cangrejal y juncales. En la parte más cercana a la playa crecen plantas pioneras, llamadas así por iniciar el proceso de fijación de las arenas.
Desde hace 70 años trabaja en la zona de la barra una comunidad de pescadores artesanales, que vive de la explotación de los recursos acuáticos del lugar.
En los campos que rodean la laguna hay explotaciones agropecuarias que desarrollan una ganadería pastoril tradicional; esta forma productiva constituye uno de los elementos determinantes para el buen estado de conservación de toda el área.
La zona tiene además un destacado potencial para el turismo de naturaleza.
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