El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) presentó el Informe sobre el estado de la educación en Uruguay 2015-2016. La publicación aporta una perspectiva global de la evolución reciente y del escenario actual de la educación nacional en su tramo obligatorio, y propone una lectura sobre los avances y los problemas que afronta la enseñanza en nuestro país.
Alex Mazzei, presidente de la Comisión Directiva del INEEd, inició el evento y expresó que espera que el informe colabore en el debate educativo y aporte elementos para el diseño de políticas educativas para que, en definitiva, ayude a mejorar la calidad de la enseñanza. Por su parte, Mariano Palamidessi, director ejecutivo del Instituto, dijo que la publicación, que es evaluativa, se instala como una invitación al debate basado en evidencia. La presentación de los diferentes capítulos del informe estuvo a cargo de Carmen Haretche, directora del Área Técnica del INEEd, y Federico Rodríguez, director de la Unidad de Estudios e Indicadores del Instituto.
El Informe sobre el estado de la educación en Uruguay 2015-2016 se organiza en cuatro dimensiones: el acceso, avance y egreso de los alumnos en el sistema educativo obligatorio; los logros de aprendizaje de los estudiantes; la formación, las condiciones de trabajo y el desarrollo profesional de los docentes; y los recursos asignados al sistema educativo.
A nivel del acceso, avance y egreso de los alumnos, se destaca que la cobertura de niños adolescentes y jóvenes en la educación obligatoria aumentó entre 2006 y 2015, especialmente en inicial. Además, en la última década se incrementó la cobertura a los 15 años de 80% a 86%, a los 16 de 73% a 78% y a los 17 de 63% a 72%. La permanencia de los estudiantes comienza a ser un problema en educación media. Por otro lado, la asistencia al sistema educativo presenta una gran desigualdad según estatus socioeconómico.
A los 10 años el 18% de los niños cursa con rezago, mientras que a los 13 años el 29% de los adolescentes está rezagado o abandonó. A los 17 años los adolescentes se dividen en tercios: 34% cursa el grado esperado, 39% está rezagado y 27% no estudia. Además, las diferencias por quintiles de ingreso a los 17 años son las siguientes: el 17% de los alumnos del quintil de menores ingresos y el 76% de los del de mayores ingresos asisten sin rezago. El porcentaje de alumnos egresados sin rezago por ciclo en 2015 era de: 90% en primaria, 60% en media básica y 31% en media superior.
En lo que refiere al promedio de escolaridad de los jóvenes de 20 a 24 años, el informe destaca que se ha mantenido estable en nueve años en las últimas tres décadas (se calcula desde el primer grado de primaria).
Sobre los logros de aprendizaje de los estudiantes, la proporción de niños en los niveles más bajos de desempeño del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE) es de 71% en ciencias, 62% en matemática y 56% en lengua. Por su parte, a los 15 años el 40% de los alumnos no alcanza, de acuerdo a PISA, los logros mínimos en lectura y ciencias, y el 52% en matemática.
Desde que se realizan evaluaciones de logros en nuestro país (año 1996), los desempeños de los niños al finalizar primaria y su inequidad se han mantenido estables.
Un tema que resalta el estudio es que el clima de aula es una herramienta para mejorar los desempeños y reducir las inequidades.
En lo que respecta a la formación, las condiciones de trabajo y el desarrollo profesional de los docentes, la titulación de los profesores de secundaria aumentó en los últimos años: en 2007 era del 59% y en 2015 alcanzó el 67%. A nivel de su formación inicial, los educadores detectan como puntos débiles el uso de tecnologías de la información y la comunicación, el trabajo en clases con diversidad sociocultural y las necesidades educativas especiales. El 62% de los docentes participó de instancias de formación continua en 2014, y quienes no cursaron no lo hicieron por el horario, desinterés y dificultades en la accesibilidad de la oferta (costo y distancia).
En media, la mayoría de los profesores dice recibir poca retroalimentación de los directores de los centros. Por su parte, los maestros valoran más positivamente la calificación y orientación que dan los inspectores que los profesores de media.
A nivel salarial, los ingresos de los docentes del sector público han crecido en la última década por encima del promedio del salario de los trabajadores uruguayos. En contraste, los del sector privado se mantuvieron por debajo.
Finalmente, en lo que respecta a los recursos asignados al sistema, el informe señala que hubo un aumento considerable entre 2005 y 2015. A su vez, en la última década, el gasto promedio por estudiante se incrementó en todos los niveles educativos y el peso de las remuneraciones creció dentro de la composición del gasto de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) de 80 a 85%.
Palamidessi cerró la presentación marcando una serie de desafíos planteados en el informe: el sistema educativo deberá cambiar el ritmo de avance para lograr mejores y más equitativos logros, mejorar la planificación y la asignación del gasto público en educación para lograr las metas de la ANEP, generar intervenciones coherentes con los perfiles de egreso, definir y monitorear metas a nivel de logros de aprendizaje para los distintos niveles y ciclos, promover un clima de trabajo favorable al aprendizaje, promover estrategias de diagnóstico y apoyos oportunos para reducir la desigualdad de logros, profundizar el proceso de mejora en las condiciones de trabajo y las remuneraciones de los docentes, e implementar políticas para fortalecer la formación y el desarrollo profesional docente.
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