En el Uruguay hay acceso a la tecnología por igual: pobres y ricos, jóvenes y adultos

La celebración de los 10 años de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic) finalizó con la intervención del prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo. “En el Uruguay de hoy la tecnología ya no es un componente diferenciador entre ricos y pobres o jóvenes y adultos”, dijo en referencia a la disminución casi total de la brecha digital.

Roballo reflexionó sobre los últimos diez años del país, en los cuales Uruguay cursó una evolución social y económica sostenida, que fue acompañada por un gran desarrollo digital. Determinados actores políticos y técnicos tuvieron una visión y la llevaron adelante. Estaba fundada en el mundo desarrollado. Había una necesidad de incluir a Uruguay en el mundo y a los uruguayos y uruguayas en las posibilidades y oportunidades que brindaba ese mundo. Esta visión estaba basada en la inclusión, equidad e igualdad, recordó.

El Plan Ceibal es una clara muestra de esta visión, sumado a la creación de bases institucionales sólidas, que universalizaron el acceso a las tecnologías de la información y el conocimiento. Esto le permitió al país posicionarse como líder regional y mundial, en lo respectivo a la transparencia o al acceso a la información pública, entre otras cosas.

La reducción de las brechas, en todas sus dimensiones, es uno de los objetivos de este gobierno, dijo Roballo, y, al respecto, afirmó que la brecha digital y la del acceso a la tecnología se redujeron casi totalmente, lo cual le garantiza a todos los sectores sociales el uso de las oportunidades que les brinda la sociedad de la información y el conocimiento. “En el Uruguay de hoy la tecnología ya no es un componente diferenciador entre ricos y pobres o entre jóvenes y adultos”, agregó.

Recordó que la creación de la agencia fue un planteo audaz en un momento complicado del país, y hubo una identidad y una coincidencia básica en la necesidad de recorrer este camino que ya lleva 10 años. Actualmente, el futuro es incierto, “pero nos entusiasma, no sabemos qué retos nos va a presentar ese futuro y tenemos más preguntas que respuestas.

Lo que sí es seguro es que esos desafíos van a ser cada vez mayores y lo que también es seguro es que nuestras respuestas van a tener que ser cada vez más rápidas y certeras”.

Para el prosecretario entre los desafíos está el lograr incrementar la interoperabilidad en el estado y con otras organizaciones; la ciberseguridad se tornó un elemento de seguridad nacional y de protección de la intimidad, y la cotidianidad del mañana está marcada por la seguridad. El lograr un estándar alto en la materia implica la facilitación de la vida cotidiana a las personas y hasta la inserción internacional, señaló. 

“Este panorama arrollador de generación de datos nos obliga a crear herramientas de protección de datos. Es un desafío que venimos cumpliendo pero nos exigirá mucho más”. A su entender, el fortalecimiento institucional, la profesionalización del ordenamiento y las herramientas jurídicas y las buenas prácticas serán los componentes que harán posible recorrer este camino, concluyó.

Acompañaron al prosecretario en el panel de cierre los miembros del Consejo Directivo Honorario de la agencia, José Clastornik, Jorge Abin, Víctor Villar y Diego Pastorín.

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