¿SABÍAS QUE…? / Por diputado Edgardo Rodríguez (*)

…la venta de autos 0 km fue un 20% mayor respecto a 2016… y que se vendieron 178 vehículos por día…?

…que las exportaciones crecieron 9.2%…?

…que los salarios de la administración central aumentaron 8,10%; el salario mínimo un 9, 5%; y que la inflación anduvo en el 6, 9%…?

…que en Enero de éste año 168.000 uruguayos viajaron al exterior y que gastaron unos 199 millones de dólares…?

…que Uruguay creció en 2017 un 3% y este año crecería aún más…?

…que las playas y las rutas han estado llenas de gente paseando…?

…y que un informe del FMI considera que Uruguay está regresando a los niveles de vida que tenía en los años 60..?

Bueno. ¿Sabes qué?: pongamos en contexto las cosas.

Somos seres pensantes y estamos en la política por que aspiramos a colaborar en el cambio social. Si fuéramos de un partido sólo interesado en defender el «statu quo», estaríamos celebrando. Imprimiendo folletos para que la gente conozca los logros. Pero resulta que somos cuestionadores e inconformistas por naturaleza. Y, además, no nos gustan los promedios, porque en los promedios se ahogan los petisos.

Vamos por parte:

Los grandes números de la economía son importantes. Como no. Pero no lo dicen todo. Pueden, como en el caso actual, hablarnos de las bondades de la hora, pero suelen ocultar a los sectores que están con más dificultad. Y nosotros, nuestro gobierno, tenemos el deber de cuidar los grandes números de la economía, sus equilibrios, pero tenemos también el deber de mirar las situaciones que no están dentro de esos buenos números.

Por ejemplo, las exportaciones aumentaron. La soja, los productos forestales y la carne, todos productos agropecuarios, encabezan el listado en ese aumento en las ventas del país. Sin embargo, a la interna del sector agropecuario tenemos situaciones de dificultad. Por eso es que decimos que no todo el sector agropecuario anda mal. Algunos sectores andan muy bien. Pero otros tienen dificultades.

Y es por eso que en la semana que pasó aprobamos la creación de un Fondo para la lechería que va a atender la situación de deudas que tienen los productores e incluso se prevé la entrega de fondos no retornables a los lecheros más chicos y se comienza a constituir un Fondo que pueda proteger al productor cuando el precio internacional baja, como ha sucedido. Es quizá la medida más estratégica.

También aprobamos un mecanismo por el cual los productores de leche, de arroz y hortícolas, entre otros, podrán comprar un gas oíl entre un 10 y 18 % más barato.

Son medidas paliativas para ayudar a sectores en dificultad. Al mismo tiempo están funcionando grupos de trabajo e instituciones para buscar medidas más de fondo que permitan el desarrollo productivo sostenible de los sectores en dificultad. La intención es cuidar el aparato productivo y cuidar al productor más vulnerable.

Y digámoslo ya: no sólo se han votado estás dos leyes. Esas dos leyes y los recursos que allí se prevén, se suman a una larga lista de políticas que se han implementado para apoyar a la producción familiar. Por citar un sólo ejemplo: en los últimos años el Instituto de Colonización ha comprado 118.000 hectáreas de tierra. Eso es una inversión de más de 350 millones de dólares.

Por eso lo del principio. Un llamado a la cautela. A la reflexión. Felizmente, y gracias a un manejo responsable de la política económica el país viene creciendo. Bienvenido. Pero esas luces no nos pueden encandilar. Debemos también observar las dificultades.

La cuestión agropecuaria merece una profunda reflexión. En nuestra modesta opinión, tienen que existir cambios relevantes.

Cambios. Sector a sector. Productor a productor. Porque no sirven las generalidades. Incluso los estudios técnicos suelen referirse al «Comportamiento del sector carne vacuna» y dentro de ese título se manejan con los grandes números. Y esos grandes números, en muchos casos, son buenos. Pero dentro de eso que se puede denominar como » sector carne vacuna» están desde los pequeños productores que trabajan en 60 o 70 hectáreas, están predios de punta, y también están los corrales de engorde. Y son realidades bien diferentes.

Un caso: Los productores ganaderos en pequeños predios, lo que en otras épocas se conocía como «minifundios», ¿son viables así cómo trabajan?

En un remate feria, el escritorio rural descuenta, al productor, entre un 7 y un 9% del valor de los animales que se comercializan. El diputado Alfredo Fratti, hacía notar, el otro día, hablando de este tema, que el sector criador, paga 3 comisiones a la intermediación en la vida del mismo animal. Estimaba en un 15% el valor que los productores le transfieren al intermediario.

¿Cuántas experiencias concretas hay donde tengamos grupos de pequeños ganaderos tratando de terminar y vender sus animales directo al Frigorífico, intentando mejores precios?

¿Cuántos pequeños ganaderos hacen pastoreo rotativo? ¿O cultivan algún forraje para suplementar o hacen algún verdeo? Cuantos tienen sombra y agua de calidad en sus predios?,¿La superficie y el lugar donde está ubicado el predio, le permite un desarrollo sostenible?

Ya se ha hablado por estos días de cuánto cuestan los arrendamientos; es mucho el dinero que se embolsan los dueños de la tierra, sin trabajar. Sentados en la playera.

Respetados integrantes de las Mesas de Desarrollo Rural plantean una mayor rebaja de los aportes al BPS. Ya se los bajó a la mitad y son más de 5 millones de dólares por año que los productores chicos han dejado de pagar. Pero siempre decimos que aun si no se les cobrara ni un solo peso de BPS, hay productores que igualmente tendrían dificultades ya no para desarrollarse y tener una vida decorosa, tendrían dificultades para sobrevivir.

Por eso nos interesa discutir en profundidad el asunto. ¿Cuáles son las limitantes. ¿? Falta tierra?; ¿Falla la capacitación, la extensión, el técnico en el campo? ¿Ese productor, requiere una mayor calificación? ¿Hay que buscar nuevas escalas para lograr resultados? ¿Falta crédito? ¿De qué tipo?

Sabemos que hay trabajos muy buenos en las Sociedades de Fomento Rural u otro tipo de trabajos colectivos que mejoran la escala y la eficiencia. ¿Pero cuantos productores están por fuera de ellos?

El Uruguay ha sido casi siempre un país de dólar barato. Salvo periodos excepcionales. Apostar a un dólar alto como salvación de la rentabilidad parece poco realista. Hay que buscar otros caminos.

Seguramente muchas de las medidas a implementar se puedan hacer con los recursos disponibles. Pero otras requieren más dinero en manos del Estado ¿No será el momento de poner un impuesto a la grandes herencias para comprar más tierras para quienes tienen problemas de escala? ¿Y si vamos a un impuesto mayor a la renta de la actividad empresarial en sectores que tienen altas ganancias?

Todo cuesta y alguien se tiene que poner.

Se podrá ahorrar en propaganda del Estado, se podrán bajar algunos sueldos. Hay que hacerlo. Pero eso no mueve la aguja. Será una señal. Hay que ir a medidas más profundas que equilibren mejor la balanza.

Un compañero planteaba hace poco una pregunta: ¿por qué en Nueva Zelanda los productores trabajan mejor y viven mucho mejor que los uruguayos? Por varias razones sería la respuesta correcta. Entre esas varias razones, nos llamó la atención una: la gran mayoría de los productores tiene nivel terciario de educación. De ahí que esa es otra de las inversiones que el país tiene que seguir haciendo.

Esta bueno que la economía siga creciendo. Más que bueno, es imprescindible. Está bueno que los uruguayos compren un nuevo auto. Esta bueno que viajemos al exterior o a nuestras playas. Pero está bueno, es imprescindible, que nos pongamos a transitar cambios para que algunos sectores claves de la economía no queden por fuera del baile.

(*) Representante Nacional del MPP – FA

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