Como es de público conocimiento, la industria de la madera en general, afronta serias dificultades que impactan en forma directa en los trabajadores. Hemos denunciado en múltiples oportunidades esta situación, en diferentes ámbitos, aportando insumos al diagnóstico, que tiene muchas coincidencias con la visión de las Cámaras empresariales y el propio Poder Ejecutivo. La crisis mundial que hizo implosión en las propias entrañas del sistema, y que luego se derrama por el planeta, golpea a nuestro país, desnudando el fracaso del capitalismo para resolver los problemas de la humanidad.
Es así que la producción orientada a procesos industriales con madera sólida es afectada por la caída de mercados hasta hace poco considerados infinitos, básicamente en EE.UU. y UE, también por la depreciación de estos commodities. En algunas empresas, particularmente las que no cuentan con bosques propios, se suman otros problemas que contribuyen agudizando la situación.
La empresa URUPANEL S.A. se instala en Tacuarembó en el año 2004, con capitales de origen chileno. Desde finales de los 90 contaba con aproximadamente 15.000 hectáreas de bosques de pino, que impulsaron la instalación de la primera planta de tableros contrachapados de Uruguay (plywood). En 2008 amplía su capacidad de producción en plywood, y paralelamente monta la única planta MDF en el país. Esta inversión es financiada mediante créditos bancarios. En medio de este proceso de expansión, se informa de la venta de la totalidad de sus activos forestales, obteniendo por este negocio, altísima rentabilidad. La gestión chilena estuvo signada por la improvisación permanente, resistencia al cumplimiento de las normas establecidas, y privilegio de las metas de producción por sobre los de calidad y seguridad. A pesar de múltiples intentos para mejorar la gestión, cambios gerenciales y otras jerarquías, nunca alcanzaron los objetivos de producción y estándares de calidad. Nunca estuvo en el plan, la seguridad en el trabajo.
En agosto de 2011 la empresa es vendida a un fondo de inversión suizo: Austin Park Capital, quien adquiere la compañía al valor de su deuda, aproximadamente 20 millones de dólares. La gestión de URUPANEL S.A. es delegada en el grupo LEADGATE, accionista mayoritario de Pluna y antiguo propietario de Parmalat Uruguay. Los nuevos administradores, en un cuadro de enormes dificultades, y ante el embargo trabado por el banco BBVA a la producción, encuentra la salida en la figura del Concurso de Acreedores en setiembre de 2011. Esta acción logró impedir una medida similar del HSBC, y puso cerco a nuevos embargos, además de permitir la continuidad de la empresa. La justicia designó a LIDECO (Liga de Defensa Comercial) como interventor para el Concurso de Acreedores. Con dificultades la empresa continúa produciendo, ocupando en forma directa a 370 trabajadores, y de manera de policlínico con médico las 24 horas en la planta industrial. Actualmente, lo que produce de plywood y MDF lo vende en su totalidad.
Se mantienen negociaciones con la totalidad de los acreedores de URUPANEL S.A., con la finalidad de acordar compromisos de pagos que aseguren la continuidad de la compañía. Hay acuerdo con la mayoría de los proveedores, con un plan que les permite cobrar parte de la deuda, además de continuar haciendo negocios con la empresa. Diferente es la situación con dos entidades bancarias, el BBVA y HSBC, quienes hasta ahora rechazan la propuesta y siguen apostando a la liquidación. Los actuales propietarios de URUPANEL S.A. son empresarios que nada tienen que ver con la industria de la madera, y sí pertenecen al mundo de las finanzas. Su negocio es hacerse de empresas en dificultades, mantenerlas funcionando con gastos mínimos, para luego venderlas obteniendo la mayor ganancia. Es por ello, que desde el punto de vista de los trabajadores, lo mejor que puede ocurrir salvada esta instancia, es que la empresa se venda a interesados en desarrolla la industria, incorporando nuevos procesos productivos que contribuyan a cambiar la matriz del sector.
Atento a esta situación, los trabajadores organizados en el SOIMA y el PIT-CNT abrazamos la causa de la defensa irrestricta de la fuente de trabajo. Es por ello, que asumimos el compromiso de instrumentar una estrategia orientada a concretar el objetivo de impedir la liquidación de nuestra fuente de trabajo. Estamos dispuestos a realizar todas las gestiones necesarias y a nuestro alcance, a todo nivel, y en todos los ámbitos, que contribuyan a concretar la meta planteada. Sin embargo, no se puede ocultar que la propuesta de URUPANEL a sus acreedores, a pesar de enmarcarse dentro de la ley concursal, es inmoral. Pretender convencer a quienes confiaron en la empresa, que nunca más van a cobrar el 60% de la deuda, y que el 40% restante lo van a recibir en los próximos 8 años, es poco creíble. Sobre esto es mejor que nada, que lo que recibirían si URUPANEL es liquidada. Esto se resume en intercambio entre capitalistas de su propia medicina; no hay lugar para discursos moralistas en un sistema tan cuestionable, que basa su existencia en la explotación del hombre por el hombre. Estamos realmente convencidos, que nuestra clase, una vez más, debe dar batalla a través de la movilización, colocando a cientos de obreros en las calles, informando a la población del departamento y el país, ayudando a generar la conciencia colectiva necesaria para rodear en un gran abrazo solidario al conjunto de trabajadores de URUPANEL. Sensibilizar al Pueblo, para que marche y sienta como propia esta reivindicación de los madereros, aislando y haciendo retroceder la postura de liquidación de bancos extranjeros, a quienes poco les importa las consecuencias sociales de sus acciones, pues sólo privilegian intereses económicos.
Creemos que es causa nacional, la preservación de cualquier fuente de trabajo, en particular en la industria de la madera, donde la capacidad instalada no es suficiente para atender la superproducción de madera del siguiente lustro. Por tanto, hay que consolidar las empresas del sector, evitar por todos los medios el cierre de industrias, y continuar trabajando para la instalación de nuevos emprendimientos productivos. Para ello, estamos construyendo las alianzas coyunturales necesarias que ayuden en el logro de los objetivos, junto al SOIMA y el PIT-CNT. De este gobierno de izquierda, los trabajadores esperamos acciones contundentes, con señales claras hacia el sector financiero, que evidencien su opción por un Uruguay productivo, que nos acerque a la justicia social, traducido en un reparto más equitativo de la riqueza, que con nuestro trabajo generamos. En este marco, Uruguay, su gobierno, no puede permitir el cierre de industrias que apuntan a procesos productivos con agregados de valor. Reclamamos compromiso y participación del Estado para garantizar el desarrollo del aparato productivo, que represente una alternativa a la inversión extranjera directa.
Exigimos en esta hora, el fiel cumplimiento del programa de gobierno, que compromete a la fuerza política a dedicar su mejor esfuerzo para hacer realidad el desarrollo productivo nacional, que haga posible la máxima artiguista: “Que los más infelices sean los más privilegiados”. – Comité de Base de URUPANEL (SOIMA PIT.CNT)
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