El arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, Juan Raúl Ferreira, Pablo Chargoñia, Berta Shuberoff y Javier Miranda, entre otros, conversaron con los representantes de los medios de comunicación antes de entrar al recinto de la Asamblea General del Palacio Legislativo para la realización del acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado uruguayo dictaminada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Verdad, justicia y perdón – El arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, dijo que el acto del 21 de marzo es un reconocimiento de Estado y significa la posibilidad de recorrer caminos de reconciliación y de saneamiento de las heridas —que aún existen— y que es absolutamente necesario marginar. Aseguró que es necesario mirar para adelante y desde la perspectiva de la Iglesia y de la fe es imprescindible tener en cuenta tres elementos: la verdad, la justicia y el perdón.
“En este caso el supremo es el pueblo y todos deben contribuir para que las heridas que todavía están abiertas se cierren”. Es mucho lo que podemos hacer desde la solidaridad porque desde ese lugar es posible llegar a la justicia social, indicó. Agregó que “para la reconciliación se debe conocer toda la verdad posible y que se haga toda la justicia posible, pero siempre habrá un margen que ni la verdad ni la justicia van a satisfacer y entonces ahí se necesita el perdón”. En tal sentido, parafraseo a Juan Pablo II diciendo que: “No hay justicia sin perdón”.
Madurez cívica y democrática – “Cuando hace muchos meses me enteré de que este hecho ocurriría se me puso la piel de gallina de pensar que íbamos a ser contemporáneos de ir y poder decirle a nuestros hijos que presenciaron un día histórico”, aseguró Juan Raúl Ferreira. También aseveró que el debate de los últimos días achicó la dimensión del hecho de hoy. “Este no es un tema de tires y aflojes, ni es un momento de confundir instituciones con quienes las representan porque hoy después de 25 años el Estado uruguayo asume como tal la responsabilidad de los crímenes de lesa nación cometidos durante la dictadura militar”. Ferreira afirmó que el hecho le parece un acto de madurez cívica y democrática impresionante que integrará una de las páginas más hermosas de la historia de Uruguay y en cumplimiento del derecho internacional. En referencia a la posibilidad de que integre la directiva del Instituto Nacional de Derechos Humanos, dijo que el viernes 23 tiene una reunión y que una organización de derechos humanos lo nominó para este alto cargo.
Admisibilidad del Estado – El integrante de la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT, Pablo Chargoñia, indicó que es un acto de reconocimiento con sentido de admisibilidad. El Estado está ordenado a admitir ante la Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDU) que los crímenes cometidos contra María Claudia García Iruretagoyena de Gelman y contra Macarena Gelman y otros de análoga naturaleza fueron cometidos por el aparato estatal. “Son delitos de lesa humanidad diferentes y ese reconocimiento como admisibilidad tiene que tener otro sentido para la sociedad uruguaya”. Precisó que el acto “es un reconocimiento en sentido de la comprensión porque el aparato estatal se desbordó y se transformó en exterminador de su propio pueblo”.
“Hemos pasado muchísimos años sin que la gente nos escuche” – Por su parte, Berta Shuberoff, madre de Marcelo Gelman, suegra de María Claudia García Iruretagoyena y abuela de Macarena Gelman consideró que cada día que pasa alimenta el alma, porque “hemos pasado muchísimos años sin que la gente nos escuche, de ningún lado, y de pronto surgió un gran movimiento, se empezaron a hacer muchísimas cosas, como seguir encontrando nietos, o tener más oídos de la gente”. Enfatizó que es vital “tener los oídos bien abiertos, para que nunca más la gente pueda pasar momentos tan terribles como los que hemos vivido nosotros”.
Afirmación de apego al sistema constitucional de derecho – Asimismo el director de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y cultura (MEC), Javier Miranda, dijo que el día 21 de marzo marca un punto importante en el proceso uruguayo para alcanzar la verdad y reafirma la voluntad de cumplimiento del Estado a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). «También es una afirmación de apego al sistema constitucional de derecho y un día de gran emoción», expresó el jerarca.
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