Las mujeres en los medios de comunicación van incursionando cada vez más con los años, y desterrando el concepto de “mujer florero” y “objeto”. Esa es una de las conclusiones del estudio realizado por la empresa CIFRA a pedido de la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU), con el apoyo de ONU Mujeres. Si se compara la actualidad con 1997, último año en que se realizó una encuesta como esta, la presencia de las mujeres en los medios creció un 40%. Más de la tercera parte de quienes trabajan en comunicación son mujeres. La mujer joven está mejor preparada académicamente que el hombre de la misma edad. El 62% de ellas (de hasta 30 años) termina la carrera universitaria, mientras que en los hombres es el 19%.
La presencia de mujeres está principalmente en los medios escritos (44%), aunque creció mucho en la televisión (31%). La radio sigue siendo de predominio masculino (18%). Si bien el sector está mejor que muchos otros, como la construcción, los datos dejan entrever otra realidad que es la persistencia de inequidad de género en la profesión. Las remuneraciones salariales son inferiores a la de los hombres. Pese a que se dice que se debe a que la mujer tiene menos años de experiencia en la comunicación y trabaja menos horas, la realidad indica que ganan menos pese a desarrollar la misma tarea que el hombre. También preocupa la falta de oportunidades para ascender a cargos de responsabilidad, esto como la menor carga horaria se explica en el hecho de que la mujer dedica parte de su tiempo al cuidado de sus hijos y las tareas del hogar. Las situaciones de acoso y abuso en el ámbito laboral para las comunicadoras se incrementaron en el último tiempo, sobre todo de los medios hacia afuera.
Opinión de las autoridades – Daniel Lema, presidente de APU, e Irene Rodríguez, representante de ONU Mujeres, presidieron el acto de presentación de datos, acompañados de los ministros Eduardo Brenta de Trabajo y Seguridad Social y Daniel Olesker de Desarrollo Social y del director de CIFRA, Luis Eduardo González. Lemos se refirió a la importancia de este estudio que se realizó en el segundo semestre de 2011, mediante 19 entrevistas en profundidad con comunicadoras y 400 encuestas telefónicas. Recordó que este año vuelven a negociar en los consejos de salarios y este trabajo será insumo para plantear los reclamos, como la necesidad de disponer de un lugar para que las madres puedan amamantar, o que se respeten los días libres cuando las mujeres se realizan PAP o mamografías.
Irene Rodríguez dijo que la realidad uruguaya no es muy distinta a la del resto de América Latina. Donde sí nuestro país se diferencia es en reconocer el problema y tener la intención de actuar para revertirlo.
El ministro Olesker destacó la existencia de discriminación en el sector, sobre todo en las inequidades salariales y de oportunidades. Dijo que el problema de la disponibilidad horaria es el gran factor de discriminación. Están quienes no contratan a una mujer porque la consideran “complicada” porque falta mucho y gastan dinero en reemplazos. El jerarca entiende que el motivo de esa ausencia es la carencia de corresponsabilidad y confía que el Sistema de Cuidados aporte soluciones. Olesker se refirió a la importancia de que quienes trabajan perciban la existencia de desigualdades, incluidos los propietarios de los medios. “El principal punto de discriminación de la mujer está en la vertical, la llegada a cargos de responsabilidad, porque el full time es de los hombres”, añadió el ministro quien llamó a generar igualdad de oportunidades en la carrera funcional.
Por su parte, Eduardo Brenta reconoció que la realidad está cambiando pero la considera insuficiente. Recordó que en la negociación colectiva el 55% de los acuerdos tienen cláusulas de género, lo que demuestra la construcción de un cambio cultural. El desempleo alcanzó sus niveles más bajos y la tasa de empleo masculina llegó a su tope máximo. Esto demuestra que las empresas deberán comenzar a contratar mujeres o tendrán serios problemas en el futuro, añadió Brenta. En ese sentido, señaló que las cifras de denuncias por acoso o abuso crecieron en el último tiempo, por un lado porque las personas reconocen que son acosadas y por otro porque el sistema de denuncia le ofrece garantías. El jerarca analizó otro elemento: “empresas de primera línea en el país con buenas prácticas de equidad de género, logran mejores resultados respecto a otras que no las realizan”.
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