“UTE es el brazo ejecutor de una política industrial específica y todos los descuentos que hemos otorgado están asociados a definiciones del Poder Ejecutivo”, destacó el presidente del ente, Gonzalo Casaravilla, en el marco de la inauguración del stand en la Expo Prado 2019. La resignación fiscal por descuentos al sector productivo e industrial se aproxima a los 74 millones de dólares desde 2017, informó.
Casaravilla detalló algunos ejemplos de descuentos realizados por la empresa a su cargo, como los 10,7 millones de dólares aplicados al sector lechero, 1,8 millones a los arroceros, 5,8 millones para regadíos, 17,7 millones a la industria con uso intensivo de electricidad, 1,5 millones a empresarios que aumentaron puestos de empleo y 4,4 millones a exportadores.
“En total, desde 2017, llevamos casi 74 millones de dólares de beneficios, en el marco de una mirada de apoyo al sector productivo, pero siempre como resorte de las decisiones del Ejecutivo”, resaltó el presidente de la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE).
En ese sentido, Casaravilla precisó que este año las micro, pequeñas y medianas empresas reciben una rebaja en sus tarifas de electricidad del 20 % en términos efectivos, que significaron hasta ahora, solo por ese concepto, 31 millones de dólares de resignación fiscal.
Consultado sobre el plan de inversiones de la empresa, precisó que en los últimos 10 años fueron de aproximadamente 3.000 millones de dólares, “la mayor inversión decenal que ha hecho UTE en toda su historia”. “Se había invertido hasta ese momento básicamente en generación y transmisión”, explicó.
Asimismo, Casaravilla dijo que del plan aprobado para el próximo quinquenio a iniciarse en 2019 gran parte de las inversiones serán de distribución, pues al ser la variable de ajuste que se utiliza cuando se tienen limitantes de capitales es el aspecto más rezagado. “Nosotros lo recuperamos, lo pusimos al día y ahora tenemos que robustecerlo, porque la demanda sigue creciendo”, explicó.
El otro objetivo de la empresa es que, a fines de 2022, la totalidad de los medidores sean inteligentes, concluyó Casaravilla.
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