ECOLOGÍA Y RELIGIÓN / Por Jorge Majfud

Hace más de mil años los cristianos más fanáticos vienen predicando que el mundo se está por terminar por los pecados del hombre, pero son los primeros en negar que el mundo se está terminando por la irresponsabilidad humana.

No creen en la suba del dióxido de carbono y el nivel del mar, en la baja del oxígeno en la atmósfera, en la contaminación de los ríos y los océanos, en el odio nacionalista, en una revuelta de los de abajo ni en una posible catástrofe nuclear.

Para estos santos hombres y mujeres santas, incapaces del pecado de la estupidez o de cualquier otro pecado, al mundo (por alguna misteriosa razón que ningún ser humano con medio corazón podría comprender) lo va a destruir Dios, no los humanos.

Por una aún más misteriosa razón, no creen o no quieren creer que Dios los ha elegido a ellos para realizar tan alto propósito.

 

JM, 4 de setiembre 2019

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