SE CELEBRÓ EL DIA MUNDIAL SIN TABACO

La conmemoración puso foco en adolescentes y jóvenes.

Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco y el mensaje para este 2020 es evitar el consumo de tabaco y nicotina entre la población más joven. En esta dirección, el Ministerio de Salud Pública apuesta a trabajar desde un abordaje integral para que los jóvenes no incorporen el hábito de fumar o lo dejen aquellos que ya lo iniciaron.

Bajo el eslogan de campaña “No te dejes engañar. Fumar siempre es perjudicial.”, se conmemoró en la sede del Ministerio de Salud Pública, el acto por el Día Mundial Sin Tabaco 2020. Con una campaña de comunicación, se apela a crear conciencia de lo perjudicial que representa que adolescentes y jóvenes adquieran el hábito de fumar y se explica que los productos de tabaco matan a más de 8 millones de personas cada año.

En el lanzamiento estuvieron presentes el titular de la cartera de Salud Pública, Daniel Salinas, el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Uruguay, Giovanni Escalante, y el director general de Salud, Miguel Asqueta. De forma virtual, participaron la asesora regional de OPS en Control de Tabaco, Rosa Sandoval, la jefa de la Secretaría del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, Adriana Blanco, y el integrante del Grupo Asesor Científico Honorario Henry Cohen.

Salinas explicó: “Uruguay ha sido pionero con la participación de todo su estamento político, en el 2008, en el control del tabaco y ha constituido una política de Estado”, lo que posibilitó una considerable reducción del consumo de tabaco en los últimos 15 años. Añadió que “aún fuma un 20 % de los adultos y un 10 % de los adolescentes de entre 13 y 17 años” y enfatizó en la importancia del control de las enfermedades crónicas no transmisibles a través de hábitos, costumbres y formas de vida saludable, entre ellas, el no consumo de tabaco.

En relación con los adolescentes y los jóvenes, público objetivo de la campaña de la OMS para este año, señaló que el negocio del tabaco cambia, por lo que la idea es alertarlos sobre el uso de la libertad responsable e informada y que conozcan qué tipo de efectos sobre la salud puede generar el consumo de tabaco en todas sus formas.

Por su parte, Asqueta indicó que la política de Estado desarrollada en Uruguay logró, en los últimos 16 años, reducir la prevalencia del tabaquismo, de un 33 a un 20 %, aproximadamente. Subrayó que la disminución de la manipulación de la industria tabacalera respecto a los jóvenes “ha sido drástica” y que ha pasado de un 32 %, en 2003,  a un 10 %, en la actualidad.

Agregó que esos guarismos deben concientizar de que se trata de una epidemia controlable y prevenible y que se le debe quitar a la industria tabacalera sus principales armas, como el marketing, la promoción de productos y, sobre todo, “nuevos productos, que inquietan, porque son un arma muy poderosa para llegar a los más jóvenes”. Entre las medidas para desestimular el consumo, Asqueta mencionó el incremento de precios e impuestos a estos productos y dijo que “habría que aumentar aún más”.

Por su parte, Escalante coincidió en que la experiencia uruguaya con respecto a la política antitabaco demostró efectos positivos y añadió que las cifras de mortalidad y morbilidad de Uruguay muestran, con evidencias tangibles, que las políticas públicas para el control del tabaquismo reducen la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares.

Asimismo, resaltó que se trata de una política de salud pública que debe continuar porque existen nuevas estrategias de mercadeo de productos, como el tabaco en vapor, pipas de agua con nicotina y otros aditivos altamente tóxicos.

  • De Presidencia

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