Extrañando al General:
Nunca voté al FA. Eso sí, como desde siempre en el Uruguay, me tocó trabajar dentro y fuera del Parlamento con infinidad de conciudadanos militantes de esa y otras fuerzas políticas. Lo hice como representante del Partido Colorado en aquel tan extraordinario como poco recordado ejercicio de la Concertación Nacional Programática, antes y después del final de la dictadura. Lo hice en muchas reuniones «multipartidarias» en barrios y organizaciones entre el ’82 y el ’84. Lo hice desde el Ejecutivo y desde el Legislativo. En el Uruguay y en el exterior, cuando me tocó estar afuera.
Recuerdo haber acompañado a varios amigos para ver y escuchar a Líber Seregni desde el balcón de su apartamento frente a la Facultad de Arquitectura, la misma noche en que lo liberaron de la cárcel. Lo visité en su casa por temas políticos, y en una oficina cerca del Hotel Victoria Plaza por cuestiones institucionales.
Nunca lo había tratado antes de entonces.
Únicamente había escuchado -y leído con atención– sus discursos en la etapa fundacional del FA. Tanto en ellos como en las pocas conversaciones que mantuvimos cara a cara encontré identidad de ideas y propósitos sobre el futuro del país, coincidencias en el «qué». Y muchas diferencias en el «cómo», que alentaban, sin embargo, el diálogo sin consignas ni frases hechas. La consideración de los argumentos y las discrepancias nunca se produjo sin respeto y reflexión. Sus respuestas nunca se fundaron en prejuicios, o preconceptos, aún en aquellas que concluirían en desacuerdos insuperables.
Nunca dijo, ni siquiera insinuó, nada que permitiese abrigar dudas sobre su carácter republicano y su vocación de institucionalidad. Ni en el verbo ni en el gesto.
Escucho una y otra vez las ocurrencias del ex Presidente, protagonista de la fábula de NETFLIX, y extraño al General.
Pienso en los aviones del Presidente, ANCAP y PLUNA, y extraño al General.
Repaso las decenas de veces que los legisladores frentistas votaron contra las Comisiones Investigadoras, retrasaron, negaron o simplemente ignoraron los pedidos de informes sobre su actuación al frente de instituciones que tenían el deber de administrar con prudencia y sobriedad republicana, y extraño al General.
Me entero de las exageraciones, mentiras y errores de cálculo (y de juicio, como en el tema de la cocina) del ANTEL Arena, lo escandaloso del gasto de plata ajena y la disposición de secreto otorgada por la Ing. Cosse sobre los gastos en publicidad de ANTEL, y extraño al General.
Veo los sueldos de los funcionarios de la inexistente Regasificadora, los comparo con los propuestos para los Presidentes de los Directorios, y extraño al General.
Voy siguiendo el resultado de las auditorías que comienzan a aparecer, y extraño al General.
Pienso en el jerarca de la URSEC, los funcionarios, la trituradora de papel y los cómplices en la Fiscalía, y extraño al General.
Escucho un día sí, y otro también, al Presidente del FA y sus engoladas declaraciones, a menudo prematuras, llenas de consignas huecas, y extraño al General.
Por estas y muchas otras cosas, colorado, batllista, extraño al General Líber Seregni, fundador del FA.
Y estoy seguro que muchos frentistas también lo extrañan.
- Extraído de Montevideo (Uypress)
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