Pequeños productores familiares organizados en la Mesa Departamental de Colonos de Tacuarembó y el Movimiento por la Tierra denuncian mediante comunicado público el importante aumento de la renta sin previo aviso lo que se suma a las duras condiciones de trabajo en función de la pandemia y los desfavorables precios internacionales.
Carlos Pintos Colono del Cerro el Ombú en diálogo con Caras y Caretas Portal, explicó el duro golpe que implica el aumento de entre un 20 y 25% de la renta, sin previo aviso, para una producción ganadera familiar que no atraviesa su mejor momento, fruto de la caída de los precios a nivel internacional y de la pandemia.
«Acá entre los cerros del Ombú y de la Aldea en Tacuarembó deben haber en las Colonias unas 80 familias que son pequeños productores en sus mayoría de ganado bovino y sobre todo equino y algún quesero», explica Pintos.
«Hay un aumento en los insumos necesarios para la producción y los aportes al BPS que se suman a los costos fijos que rondan los mil dólares mensuales, mientras que por ejemplo los frigorífico nos paga según el novillo o el animal entre 2,60 y 2,90 dólares el kilo de carne», detalló.
«Sobre este aumento de la renta que nosotros pagamos en forma semestral ya hemos hablado con las autoridades del Instituto, en el parlamento, porque si bien sabemos que la renta se ajusta, nunca nos imaginamos un ajuste del 25% finalizó diciendo.
Aquí el comunicado de la Mesa Departamental de Colonos:
«La Mesa Departamental de Colonos de Tacuarembó y el Movimiento por la Tierra, por la presente, quiere expresar su más profunda preocupación por los aumentos en la renta del 20%, 25% y más, que nos han venido sin previo aviso, y tendremos que saldar a fin de mes. Esta resolución que las autoridades toman allá en Montevideo, se da en las puertas de una sequía, con ganados que quedan sin vender, o se venden a precios de conserva, con bajas en todas las categorías. Con la lana durmiendo en los galpones ya que no hay precio ni negocios para ella, ya que nadie la quiere.
Porque este año no vamos a tener la zafra de vender un cordero o un lechón, como toda la vida, porque está prohibido. Con un importante aumento en el costo de vida de las familias rurales, porque sépanlo, a nosotros también nos afecta la crisis económica y de la pandemia. Esta situación va a llevar indefectiblemente al endeudamiento de nuestra gente, con el INC. Y el endeudamiento es el comienzo de una agonía dolorosa que nos lleva a emigrar y a terminar en los pueblos.
Y en los pueblos dejamos de ser paisanos, dejamos de ser productores, ya no somos, no hay presente ni futuro. Y los campos y las chacras se quedarán solas, y la población rural será menos del 5% que apenas somos hoy. ¿Y todo esto para beneficiar a quién? A todo esto, tenemos que agregar la reducción del ¡¡90%!! en el mensaje presupuestal que envía el poder ejecutivo al parlamento de la República, 90% que era destinado a la compra de campos, que en los próximos 5 años ya no va a estar. Para decirlo en criollo, los recursos que el INC tenía para la compra de tierras no sabemos a dónde van a ir a parar ahora.
Esto es una gran frustración, un gran retroceso, en especial para la gurisada más joven. Nosotros la gente campera, los que vivimos y producimos Tierra adentro, los que resistimos y nos mantuvimos viendo cómo se despoblaban nuestros pagos, como cerraban las escuelas´, hoy tenemos que juntarnos unirnos porque lo que viene no es lindo gente, queremos servir de advertencia, porque el rodar no será ciencia, pero tampoco es pecado.
Les proponemos, les demandamos a las autoridades, diferir este aumento de renta para cuando la situación mejore y haya garantías de que la gente lo pueda enfrentar sin endeudarse. Que las regionales hagan un seguimiento de las familias que ya sabemos van a tener dificultades. Y, por último, es necesario establecer un diálogo. Es la única manera de evitar conflictos. Gente, nada podemos esperar sino de nosotros mismos».
Carlos Pintos Cerro del Ombú – Alejandro Wasem Cerro de la Aldea
- De Caras y Caretas Portal
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