La Dirección Nacional de Industrias apoyó, por intermedio del Fondo Industrial, a 58 proyectos por un total de U$S1, 6 millones de dólares, en su primer año de ejecución. Este impulso permitió que, junto a la inversión de las empresas, se alcanzara una cifra de inversión de U$S 4 millones, según se destaca en el informe de ejecución del organismo que comprende el segundo semestre del 2011 y el primero del 2012. El Fondo Industrial es una innovación de la Dirección Nacional de Industrias del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) para apoyar el desarrollo de la producción.
“La Dirección de Industrias tradicionalmente se encargaba de la parte normativa, de algunos aspectos vinculados con el comercio exterior, la captación de la ley de inversiones, pero no tenía fondos para ejecutar directamente una política industrial hacia algunos sectores, en este caso los elegidos por el Gabinete Productivo”, sostuvo Sebastián Torres, director nacional de Industrias. El fondo comenzó a instrumentarse en el segundo semestre del año pasado y, a junio de este año, la cantidad de proyectos aprobados suman 58. El aporte del Fondo Industrial para los diferentes sectores definidos como prioritarios alcanza 1 millón, 600 mil dólares pero esa cifra permitió canalizar inversiones totales por cuatro millones de dólares. “Nosotros aportamos una parte del dinero y facilitamos la inversión de la empresa que suministra el resto”, indicó el jerarca.
Torres apuntó que la prioridad para los diferentes rubros es definida por el Gabinete Productivo, que desde el año 2008 trabajan en producciones identificadas como prioridad para el país. En ese contexto, los proyectos aprobados en este período 2011-2012 se dividen en cuatro grandes sectores: «motores de crecimiento” —engloban los sectores: metalmecánica, madera, papel y muebles y naval—; «cadenas de valor intensivas en innovación”—tiene también tres subsectores: el farmacéutico, el electro-electrónica y el audiovisual—; «industria primaria» —sector biotecnológico, nanotecnológico, aplicaciones en los procesos productivos e industria química—; «cadenas de valor que se designan como intensivas en mano de obra» —área automotriz y autopartes, plástico, calzado de cuero y marroquinería, minería—.
Ejemplo de esta modalidad de impulso a la producción – Tomando como ejemplo el sector metalmecánica, Torres citó uno de los proyectos aprobados que lleva como título “fabricación de carrocería y remolques con acero de alta resistencia y aluminio”.
“Los objetivos de ese proyecto son atacar dos cuellos de botella en la línea de producción; las secciones de corte y plegado y de granallado y pintura. Se identificaron las actividades, centrándolas en la adecuación edilicia, acondicionamiento de la cabina de granallado, incorporación de los equipos, capacitación en tres áreas, equipamiento de la cabina de granallado, construcción de un equipo en aluminio sobre un chasis en acero de alta resistencia, construcción de un equipo totalmente en acero de alta resistencia”, expresó. La inversión total de este proyecto alcanza los US$ 189.768 aportando el Fondo Industrial US$ 61.977.
El resto de los proyectos aprobados se centran en la adquisición de maquinaria, certificaciones de calidad e informatización de los procesos de gestión, entre otros. En el caso de que la maquinaria a comprar sea de industria nacional, el aporte del fondo puede financiar hasta el 75% de la inversión. “Nosotros estamos pensando en la innovación desde el punto de vista de los procesos productivos, de la administración de la comercialización y eventualmente de la venta a mercados externos”, añadió Torres.
“Muchas veces la empresa para dar ese salto, por una cuestión de escala, no puede acceder a las garantías que se le piden en el sector bancario para obtener un préstamo. En ese caso nosotros subsidiamos parte, siempre y cuando esté en la lógica de mejorar el agregado de valor en esa cadena”, puntualizó. Adelantó que el total del presupuesto del Fondo Industrial para 2013 será de 2,5 millones de dólares aunque advirtió que su dirección estudia varias alternativas para ampliar los fondos para lo cual se han iniciado contactos con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII)y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
A vía de ejemplo mencionó que si en el Gabinete Productivo se planteara firmar un convenio con la Universidad de la República para financiar un postgrado en ingeniería y minería, se podría utilizar dinero de este fondo que en definitiva está al servicio del gabinete productivo.
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