Actualmente existen dos CTI Covid y uno polivalente, totalizando 23 camas que funcionan a tope y pueden ser más. El Hospital de Tacuarembó se preparó desde hace largo tiempo para el peor de los escenarios, como el que se está viviendo actualmente al norte del país.
Hace más de 1 año «sabíamos que la lucha era contra un enemigo invisible, muy poderoso, que nos iba a entrar por el norte y no por el sur», sostienen desde el hospital a Montevideo Portal. «Hoy más del 90% de los casos corresponden a pacientes infectados por la cepa P1 de coronavirus (originaria de Brasil) que provienen del departamento y la región (sobre todo de Rivera)», agregan.
Desde el hospital afirman que «este centro es desde hace largo tiempo el referente para el norte. En pocos meses se reconvirtió la planta física, para prever el colapso del sistema».
El lunes 24 y luego de un gran esfuerzo, con el apoyo del nivel central de ASSE, quedó instalada una planta accesoria de producción de oxígeno, procedente de Estados Unidos, que permitirá duplicar la producción de este vital elemento, imprescindible para el tratamiento de los pacientes críticos de COVID-19. «La falta del mismo es uno de los talones de Aquiles en la mayoría de los países de América Latina y el mundo», informaron desde el hospital», explican.
«La obesidad como comorbilidad en pacientes jóvenes y el embarazo vienen cambiando la epidemiología de quienes ingresan a nuestras unidades de terapia intensiva», añaden.
La historia de Yeni «movió hasta las raíces» de médicos y funcionarios. «No nos acostumbramos a ver de cerca el fallecimiento de tantas personas» relató un médico de CTI (donde la mortalidad ronda el 75%), pero hoy hubo un «alto al fuego en las trincheras y se hizo la luz en el camino».
Hace 20 días ingresó a la emergencia del Hospital de Tacuarembó una paciente embarazada de 28 semanas, multigesta, de 32 años, COVID-19 positivo, procedente de Pueblo Quintana (zona rural de Salto). La «falta de aire» requirió oxígeno por máscara. En pocas horas sufrió un agravamiento brusco con severa hipoxemia, que llevó al equipo multidisciplinario del hospital a practicar una cesárea de urgencia y posterior traslado de la misma en estado crítico a CTI, siendo ventilada mecánicamente. La recién nacida fue también ingresada en la unidad de terapia intensiva neonatal.
Luego de haber sufrido ambas múltiples complicaciones resultantes de la enfermedad y la prematurez (enfermedad de membrana hialina), el reencuentro del binomio madre – hija estuvo cargado de emoción y satisfacción para todos.
Es la primera vez que en el norte se logra salvar una paciente de estas características. «Frente a tanta impotencia y desazón se impuso el deber cumplido» manifestó el doctor Álvaro Alarcón, gineco-obstetra tratante.
«Ser parte del reencuentro, entre lágrimas y aplausos de todos y todas las integrantes del equipo de salud, fue muy emotivo y gratificante» comentó el doctor Óscar Galván, intensivista pediátrico y jefe de neonatología.
Alexis, esposo de la paciente que permaneció en vigilia permanente, apoyado por sus compañeros de trabajo y la Unidad de Atención al Usuario del Hospital, no pudo estar presente ya que se encontraba trabajando en la campaña profunda. Y dijo que «ya habrá tiempo de disfrutar de este milagro en familia. Es algo increíble y estamos agradecidos eternamente».
Los médicos, ginecólogos y pediatras creen que es imprescindible la vacunación inmediata de este grupo de riesgo, ya que existe otra madre de similares características, que junto a su recién nacido de 36 semanas, pelean por la vida en los CTI de este hospital. Hay además 14 embarazadas Covid positivo en control en el centro de salud y la RAP de Tacuarembó.
- De Montevideo Portal
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