El director de Estadística Agropecuaria, Alfredo Hernández, señaló que los arrendamientos de campos en los últimos trece años acompañaron el proceso de incremento de precios que se observa en la compraventa de tierra. De 2000 a 2011, se firmaron 22.501 arrendamientos con precio promedio de la hectárea de US$ 80. Se incrementó el costo promedio de la hectárea de US$ 28 a US$ 164 en el primer semestre de 2012. Según el Anuario Estadístico del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, con informes sobre 2011 y en base a los datos de la Dirección General de Registros, en 2011 fueron arrendadas 910.000 hectáreas de campo a un precio promedio de la hectárea de 152 dólares anuales. En 2007 se arrendaron 826.000 hectáreas a 60 dólares anuales.
En el año 2002, los arrendamientos llegaron a las 476.000 hectáreas con un promedio que alcanzó los 26 dólares.
El último informe publicado por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias señala que en el primer semestre de 2012 el valor promedio de la hectárea fue de US$ 164, se arrendaron 439.267 hectáreas por 71.854.000 de dólares.
En cuanto a las cifras de arrendamientos, se firmaron 697 contratos por 231.226 hectáreas para agricultura de secano, a 317 dólares por cada hectárea, en promedio. Los arrendamientos para producción ganadera fueron 1.109 contratos, que representaron una superficie de 403.657 hectáreas, por un valor en promedio de 62 dólares por hectárea.
Valor de la tierra se multiplicó por nueve veces en los últimos trece años – Hernández ratificó que la tierra en Uruguay se utiliza en emprendimientos agropecuarios, porque la información señala que “no hay mucha actividad de personas que compran la tierra simplemente porque acumulan valor”. “De todas maneras —prosiguió—, asociado a la mejora de los ingresos, quien tiene propiedad sobre el recurso tierra, en el término de doce o trece años, ha multiplica el valor de ese bien por nueve veces, sin hacerle absolutamente nada, lo cual es un indicador muy importante del valor patrimonial de la tierra”.
Además Hernández indicó que el arrendamiento acompaña el fenómeno de la compraventa de tierras. “También y en forma muy similar a lo que comentamos sobre la venta durante este período, los arrendamientos se incrementaron en valores promediales de forma más que significativa”, expresó.
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