MGAP ATIENDE A PRODUCTORES AFECTADOS POR LAS LLUVIAS

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) declaró la emergencia agropecuaria para la horticultura de campo y la vitivinicultura, en el sur del país. En tal sentido, se generaron dos instrumentos: habilitar el uso del Fondo Agropecuario de Emergencia para los productores hortícolas y la creación de un Fondo de Alcohol Vínico para mejorar la calidad de los vinos nacionales. Ambos fondos aportarán ocho millones de dólares.

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, realizó una conferencia de prensa tras reunirse con representantes de la Dirección General de la Granja, INAVI, la Dirección de Desarrollo Rural y representantes de los productores agrícolas, para informar sobre el estado de situación del sector tras las intensas lluvias de los últimos días.

Aguerre explicó que el promedio de lluvias anual es, generalmente, de 1.200 milímetros y que el registro de lluvias de los últimos días, en la zona sur, superó los 600 milímetros, lo que equivale a unos 600 litros de agua en una superficie de un metro cuadrado en un período de 10 a 15 días. Esto provocó daños en la infraestructura y en la caminería, pero afectó especialmente a la horticultura de campo y la vitivinicultura.

La magnitud de los daños de estos eventos climáticos se evaluó de manera global, pero se realizará un estudio persona a persona en colaboración con la asociación de productores. Aguerre señaló que reunida la comisión que regula este tema, se decidió declarar la emergencia agropecuaria para el sur del país y los rubros afectados. En el marco de la ley de Emergencia Agropecuaria que rige para esos cultivos y esa región del país, se habilitó el funcionamiento del Fondo Agropecuario de Emergencia que por la ley de presupuesto está definido para ayudar en este tipo de catástrofes.

El objetivo es atender la emergencia con una lógica contra-cíclica, generando instrumentos que permitan sortear las crisis y, en segundo lugar, construir una política pública con los productores a través de sus representantes gremiales. En este caso a través de la DIGEGRA e INAVI para desarrollar una política que en el futuro permita contar con instrumentos de transferencia de riesgo, como los seguros agrícolas.

Apoyo a productores hortícolas – Aguerre recordó que ya existe un seguro por índice de exceso hídrico, que se lanzó en noviembre de 2013, pero no fue adoptado por los productores debido a falta de conocimiento, poca difusión o por ser un seguro novedoso en América Latina. En esa línea, se diseñó un mecanismo de reconstitución del capital de funcionamiento para los productores hortícolas, que se basa en el relevamiento de información en campo con los técnicos del MGAP, DIGEGRA, Desarrollo Rural y los productores rurales a los efectos de determinar el daño.

El 30 % del costo de producción será recompuesto por el Fondo Agropecuario de Emergencia y el 70 % restante con una línea de financiamiento del BROU y de República Microfinanzas, con la tasa de interés cubierta por el Fondo de la Granja. Para todos los microproductores de menos de tres hectáreas, se definirá un fondo no retornable a los efectos de atender la emergencia. Este apoyo del 30 % con cargo al Fondo Agropecuario de Emergencia es, en su mayoría, un fondo no retornable y se estima en 2,5 millones de dólares.

Asimismo, Aguerre enfatizó que ante un futuro evento climático general se trabajará solamente a través del seguro de exceso hídrico que administra el Banco de Seguros del Estado y no se otorgará este tipo de apoyo, entendiendo que esta crisis se registró cerca de la fecha de creación del nuevo seguro.

Apoyo para productores vitivinícolas – En el caso de la vitivinicultura, el daño es muy grave con una pérdida aproximada de 17 millones de kilos de uva, de un total de 115 millones, pero a su vez quedó afectada la calidad de la uva. Los años secos permiten producir vino de mejor calidad, porque la calidad del vino es producto de la fermentación de los azúcares naturales. El exceso de agua y la falta de luz provocan que la uva sea de menor calidad y se produzcan vinos de baja graduación porque la falta de fermentación requiere agregado de alcohol vínico.

En este marco, se decidió la creación de un Fondo de Alcohol Vínico que implica destinar de 15 a 20 millones de kilos de uva de baja calidad para su destilación, con el objetivo de transformarlo en 1.250 litros de alcohol vínico para corregir la calidad del vino de la manera más exigente y rigurosa, evitando el agregado de azúcar. Este fondo será un instrumento que en los próximos años estará disponible y administrado por el INAVI, que gestiona los parámetros de calidad e insumos de la producción del vino nacional.

Este mecanismo de financiamiento implica que se destinen unos seis millones de dólares para elaborar los 1.250 litros de alcohol vínico que será utilizado por los bodegueros y que lo podrán financiar a tres años. “Salimos de la emergencia, porque éste era un producto perecedero, lo transformamos en un insumo necesario para mejorar la calidad del vino de un año crítico, generamos un mecanismo de financiamiento para que la industria, en un año crítico, acceda al mismo, pero debe retornárselo al Fondo de Alcohol Vínico que se genera en el INAVI», dijo el jerarca.

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