El consumo interno de productos cárnicos promedia 97 kilogramos anuales por habitante, con predominio de la bovina con 58,6 kilogramos. «Estamos estancados, porque llegamos a un punto muy alto», explicó el jefe del Instituto Nacional de Carnes, Gabriel Costas. “Todas las clases sociales compran de forma aceptable”, añadió. En comparación con 2014, el precio de este alimento aumentó en pesos nominales entre 0,5 % y 2, 8 %.
En una entrevista realizada en el estand del Ministerio de Ganadería en la Expo Prado, el jefe de Investigación y Contralor del Mercado Interno del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Gabriel Costas, explicó que ningún país consume 60 kilogramos como lo hace Uruguay y comparó que a nivel global se consume entre 40 y 50 kilos.
En carne bovina se produjo un incremento de 11 kilogramos por habitante, con un incremento de 47,6 en el año 2005 a 58,6 según datos cerrados el 31 de diciembre de 2014. Expresó en el primer semestre de 2015 la carne picada especial se mantuvo como el primer producto adquirido. Luego se encuentran los cortes delanteros, como asado y aguja con hueso. En lo que respecta a los cortes traseros, aparecen la colita de cuadril y el peceto como las principales compras, algo que no ocurría en las dos últimas canastas de consumo.
En comparación con 2014 y en relación al consumo de carne ovina, mencionó que disminuyó de 4,5 a 4,1 kilogramos por habitante por año. En tanto, la carne de cerdo aumentó de 8,8 a 15,8 kilogramos por habitante por año y la aviar se acrecentó de 15,6 a 20,1. En relación con el precio del producto, dijo que puede existir un cierto movimiento en las compra de carnes “sustituyendo una por otra”, pero toda la población compra con valores que consideró aceptables.
En comparación con 2014, la variación acumulada de precios al público en pesos corrientes en el primer semestre de 2015 fue de 2,8 % para la carne bovina, 2,3 % para la aviar, 4,4 % para la ovina y 0,5 % para la carne porcina. Asimismo otros bienes que componen la canasta de consumo mostraron ciertas variaciones en porcentaje nominales, como por ejemplo arroz 3,7 %, harina 0,9 %, fideos 1,7 %, leche 4 % y queso 3,2 %.
Otro punto que enfocó INAC en la Expo Prado es trabajar con recomendaciones hacia el consumidor final en la inocuidad del producto, para tratar, de esa manera, de evitar enfermedades bacteriológicas por mal manejo y uso de la carne. En ese sentido, aconsejó evitar las interrupciones en la cadena de frío, luego de comprar la carne. Además dijo que, si es para consumir en el momento, se debe comprar la carne fresca.
En caso de que sea para consumir dentro de la semana, se debe comprar carne al vacío y mantenerla en la heladera sin congelar. “El error común de comprar carne al vacio para congelarla hace perder calidad”.
También aseveró que es negativo adquirir la carne en puestos artesanales o establecimientos no habilitados por el INAC, por los peligros de higiene sanitaria que derivan de esa compra. “Comprar en carnicerías habilitadas significa cuidar su salud y la de su familia”, ratificó Costa.
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