Se trata de llevar al salón de AEBU, un viernes de estos, a una nómina de músicos y cantores, que tenían el sano hábito, acompañando las sombras, de recalar en el famoso y nunca olvidado “Boliche del Toto”. El Toto dejó de tocar y el Boliche se fue cerrando de a poco, como se les fue cerrando los ojos, a muchos artistas que allí actuaron. No podemos en pocas palabras, expresar cabalmente lo que significó para Tacuarembó, ese fenómeno de aglutinamiento artístico, de expresión genuinamente popular, que se desarrollaba en esa mágica esquina. Tal es así, que todo aquel cantante que venía de otro lado a actuar en Tacuarembó, sentía como una obligación moral de cantar o hacer sonar su instrumento en ese sagrado lugar.
La magia de ese movimiento cultural, hizo que mucho jóvenes se acercaran a la esquina del Toto Latorre, para bautizar su instrumento musical o para afinar con una grappa o un vino, el encordado de su garganta. Esos músicos aún están. A veces se reúnen en “El Resorte” de Suárez, allá en el Centenario y con el condimento de una chorizada y un vino, se canta y se hacen sonar guitarras, bandoneones y alguna percusión.
Aprovechando la infraestructura, ambiente acogedor, hábito de concurrir a una peña, etc. del salón de AEBU, nos parece bueno reunir a todos aquellos descendientes del Boliche del Toto y hacer una linda velada. Podríamos recibir la primavera, con un espectáculo que a todos nos va a conmover. El espectáculo deberá ser, como en el boliche, con entrada totalmente libre. El título de la convocatoria, podría ser la que encabeza este escrito.
Dinarte “Toto” Latorre falleció el 1º de octubre de 2010.
“Guito Marrero”
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