Anda la noche, buscando,
una estrellita perdida.
Dijo un grillo, que la vio,
en un bote, por el río.
Los camalotes, quieren,
llegar, a la mar profunda,
y por el río, se van,
alumbrados, por la luna.
Una chicharra canta,
escondida, en un romero.
En la alta noche, su canto dice:
¡Ay verano, cuánto te quiero!
Un pescador solitario,
recorre, los espineles.
Toda la noche, en el río,
para ganar, cuatro vintenes.
Junto a una rota chalana,
aúlla el perro, del viejo Maya.
Su amo, jamás regresó,
pero él, ve vagar su alma,
en las noches, por las playas.
(*) Poetiza de San Gregorio
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