“¿Hay alguna relación entre la preferencia por el 27 de junio y la cultura de la izquierda uruguaya hegemónica hace décadas y gobernante hace un poco menos? Me parece que la pregunta vale la pena planteársela”, dijo en No toquen nada el historiador José Rilla, quien señaló que esa fecha, que fue elegida para ser el «Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia», refiere a una «desastrosa derrota». “La memoria de la izquierda, sobre todo la memoria de algunos partidos de la izquierda, es muy institucional. Los comunistas, por ejemplo, siempre han preferido al 27 de junio, la gran huelga general que hirió de muerte a la dictadura”, señaló.
La elección del 27 de junio como el ‘Día de la Resistencia y Defensa de la Democracia‘ se da “en parte porque fue una heroica huelga que terminó aplastada pero por la que de algún modo nadie pudo decir que la dictadura tuvo el camino fácil, pero que permite ocultar que el golpe de estado en el Uruguay mereció de parte de miles de personas, cientos de miles de personas, y cientos de miles de instituciones, un suspiro de alivio”, sostuvo Rilla.
“Eso duele decirlo. Es horrible decirlo. No estoy hablando de suspiros de alivio militantes ni fervorosos, estamos en Uruguay, pero eso existió en Uruguay. Y el 27 de junio y la gran huelga general de algún modo permiten disimular esto u ocultarlo o mostrar nuestra mejor historia, nuestra mejor versión”, agregó. “¿Y qué pasa con el 80, el 83, el 84? Que allí aparecen otros actores. Allí vuelven a aparecer por ejemplo los demás partidos políticos. El 80 es una fecha que se construye de otra manera, con otros actores, con otros relatos. Acá no hay ingenuidad. No digo mala intención, es contingencia, necesidad de ir construyendo estas cosas”, indicó.
“Me parece que (el 27 de junio) es la fecha estrella. Y yo siempre he hecho una protesta: ¿por qué la fecha estrella no es el 30 de noviembre de 1980? ¿Por qué conmemoramos una desastrosa derrota como fue el 27 de junio? Yo lo siento como una derrota. ¿Tenemos una preferencia por lo luctuoso, por lo negro?”, se preguntó el historiador.
Esto refiere a una “interpretación casi de Tabárez, de ‘si tenemos que elegir una forma de perder’. No, el Uruguay tiene una historia enaltecedora que contar y que celebrar que podría tener un mojón el 30 de noviembre del 80. Podría tener otro hito el 1° de mayo del 83. O el 27 de noviembre del 83, cuando toda la oposición y todos los partidos y todas las fuerzas sociales se sentaron al lado del Obelisco ‘por un Uruguay democrático sin exclusiones’”, dijo Rilla. “No nos creamos que el 27 de junio está allí como una cosa natural que la podemos ir a buscar al cajón y la mostramos ahora. Es algo que hemos construido además de haber padecido”, dijo.
Construcción de las fechas – “Las fechas cuando las construimos como hito son opciones, son elecciones que hacemos, que vamos haciendo, a veces no muy conscientemente”, señaló Rilla. Son fechas “que condensan significado” y “quieren resumir mucha cosa en un solo episodio y tienen generalmente una pretensión, una ambición pedagógica”, agregó.
Elegir fechas “es un esfuerzo muchas veces de simplificación, de síntesis, de estilización, de simplificación en el peor sentido, de ocultamiento de algunas cosas para realzar otras, de contrastes a veces mal armados, pero que tienen una intención eminentemente pedagógica”, dijo el historiador.
“¿Por qué estamos en esto hoy? ¿Por qué los 40 años del golpe de estado son aparentemente el episodio más importante de trabajo y memoria referido a la dictadura en Uruguay? ¿Es la única vía posible? ¿Estamos eligiendo? Si estamos eligiendo, ¿estamos descartando? Evidentemente que sí. Estamos diciendo sí a esto, no a esto otro”, dijo. En el proyecto de ley “hay un giro de significación que no debería pasar inadvertido, porque el 27 de junio, ¿qué fue? ¿Fue un día de victoria o de derrota? ¿Fue un fracaso o fue un éxito? ¿Ganamos o perdimos?”, se preguntó Rilla.
El historiador advirtió que esto no es “original”: “los alemanes tienen el 9 de noviembre como fecha muy importante. Si es del 38 es la Noche de los Cristales Rotos (cuando entre 20.000 y 30.000 judíos fueron arrestados por los nazis y enviados a campos de concentración); si es el 89 es la caída del Muro (de Berlín, que dio lugar a la reunificación alemana)”, explicó.
La democracia no era un tema – “¿Qué momentos preferimos y cuáles descartamos? El 9 de febrero (cuando el Ejército y la Fuerza Aérea «desconocieron» al nuevo ministro de Defensa) podría haber sido un hito fundamental pero es un poco vergonzante, es como festejar el 4 de octubre de 1828, el Día de la Independencia (cuando los gobiernos argentino y brasilero suscribieron la Convención Preliminar de Paz que puso fin a la guerra entre ambos y reconoció la independencia de Uruguay). Pero el 9 de febrero es un día de absoluta confusión, perplejidad, errores políticos descomunales, vacilaciones, errores de interpretación de lo que estaba pasando”, dijo Rilla.
Era un momento del Uruguay “en el que –y ahora lo decimos con la ventaja de los años- la democracia no era un tema. Hay que hacer un esfuerzo de comprensión: aquellos dirigentes, hace 40 años, ¿tenían a la democracia como un eje de sus discusiones, preocupaciones, de su agenda? No”, agregó. “La democracia no era el tema del Uruguay de los 60 y principios de los 70. En todo caso era el cambio, era la revolución, a la derecha o a la izquierda, pero no era la democracia. A veces tenemos la tentación anacrónica de someter a aquellos actores, que por supuesto son susceptibles de ser juzgados -no es la tarea del historiador- con los parámetros que tenemos ahora. Entonces le pasamos la vara, a ver, ¿cuán democrático aquel discurso de los 60? No, no les importaba. Era muy excepcional”, dijo.
De 180.com
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